Livianos y profundos a la vez, los poemas de este libro tienen una fe muy grande
en la palabra, en general, y en la palabra poética, en particular. En ellos, las
palabras son un camino y un atuendo para que la voz de los poemas se vista y
no desaparezca. Sirven para rogarle a una deidad con capucha, para pensar la
intensidad de los vínculos amorosos, amistosos, y para visitar las carrocerías del
tiempo. Con palabras se hacen acrósticos y vocabularios de homenaje a otras
poetas. Y con palabras que son “alegres/ como gaviotas/ flotando en el cielo/ del
mar” se levantan “paredes enormes” que nos protegen, y que inspiran versos
mientras se lava la ropa.
 
Y el motor de estas palabras es una lengua muy descarada, un “músculo extraño/
y bien dotado/ que se abre/ como una flor”. Una lengua inquieta y en movimiento
constante que lanza, como una bola colina abajo, poemas largos que se
entusiasman y se apresuran a decir, contagiándose las ganas unos a otros.
Multiplicando sentidos al trote, con el correr de los versos; curiosa y enamorada,
es una lengua Lenguaraz.
Paula Peyseré

Lenguaraz - Brench Steizelboim

$6.000
Lenguaraz - Brench Steizelboim $6.000

Livianos y profundos a la vez, los poemas de este libro tienen una fe muy grande
en la palabra, en general, y en la palabra poética, en particular. En ellos, las
palabras son un camino y un atuendo para que la voz de los poemas se vista y
no desaparezca. Sirven para rogarle a una deidad con capucha, para pensar la
intensidad de los vínculos amorosos, amistosos, y para visitar las carrocerías del
tiempo. Con palabras se hacen acrósticos y vocabularios de homenaje a otras
poetas. Y con palabras que son “alegres/ como gaviotas/ flotando en el cielo/ del
mar” se levantan “paredes enormes” que nos protegen, y que inspiran versos
mientras se lava la ropa.
 
Y el motor de estas palabras es una lengua muy descarada, un “músculo extraño/
y bien dotado/ que se abre/ como una flor”. Una lengua inquieta y en movimiento
constante que lanza, como una bola colina abajo, poemas largos que se
entusiasman y se apresuran a decir, contagiándose las ganas unos a otros.
Multiplicando sentidos al trote, con el correr de los versos; curiosa y enamorada,
es una lengua Lenguaraz.
Paula Peyseré