En los poemas de Selva Casal la muerte es una sustancia viva que se desplaza de poema en poema y lo tiñe todo de una oscuridad rosada. La vi a fines de los ochenta en Buenos Aires con José Luis Mangieri quien le publicó un tomo de poemas, y tuve aquella misma impresión de lava corriendo entre las cuchillas, como la tengo ahora al volver a leerla. Salve Casal, gran voz sudamericana, prima de Marosa De Giorgio o cara oculta de la misma moneda!

Diana Bellessi


Uno de los significados de la palabra “casal” es casa más antigua y noble de una familia. Al leer a Selva Casal siento eso: hemos llegado a casa. La más antigua y noble de esta familia rara, inadaptada, que somos los poetas. Pero no hablo de un “volver a casa” como una experiencia tranquilizadora, de sosiego, de refugio. No vamos a encontrar eso aquí. Leerla es una experiencia arrebatadora, como un incendio o un terremoto. Nadie queda igual después de atravesar esos textos lúcidos, filosos: todo queda en entredicho, todas las certezas devastadas.

Claudia Masin

El mundo es simplemente un alarido, Poesía Reunida - Selva Casal

$16.000
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En los poemas de Selva Casal la muerte es una sustancia viva que se desplaza de poema en poema y lo tiñe todo de una oscuridad rosada. La vi a fines de los ochenta en Buenos Aires con José Luis Mangieri quien le publicó un tomo de poemas, y tuve aquella misma impresión de lava corriendo entre las cuchillas, como la tengo ahora al volver a leerla. Salve Casal, gran voz sudamericana, prima de Marosa De Giorgio o cara oculta de la misma moneda!

Diana Bellessi


Uno de los significados de la palabra “casal” es casa más antigua y noble de una familia. Al leer a Selva Casal siento eso: hemos llegado a casa. La más antigua y noble de esta familia rara, inadaptada, que somos los poetas. Pero no hablo de un “volver a casa” como una experiencia tranquilizadora, de sosiego, de refugio. No vamos a encontrar eso aquí. Leerla es una experiencia arrebatadora, como un incendio o un terremoto. Nadie queda igual después de atravesar esos textos lúcidos, filosos: todo queda en entredicho, todas las certezas devastadas.

Claudia Masin