Vox horrísona, con prólogo de Fabián Casas y basándose en la edición peruana del texto, es una obra fundamental para entender la trascendencia de los poemas de Luis Hernández.

En los años 60 Antonio Cisneros (de 20 años) viaja a Londres y escribe Canto ceremonial contra un oso hormiguero. El atrevimiento del libro es claro: intenta un lenguaje nuevo inspirado en las corrientes de la época, el hippismo, los Beatles, los Rolling Stones, la poesía de los rebeldes de Liverpool y la pintura europea con Picasso y Chagall a la cabeza. Javier Heroud se sumaba a las revoluciones y Rodolfo Hinostroza viajaba a Cuba como joven artista revlucionario.

Todos jóvenes cosmopolitas, heterodoxos, Pops, admiradores de la cultura del viejo mundo, y miraban con admiración la subcultura norteamericana. En sus obras se ve la mezcla de registros, las influencias, la búsqueda de crear un lenguaje nuevo con el espíritu de su época. Esos tres jóvenes escritores del Perú eran el comienzo de una nueva poesía latinoamericana. Contra Natura, El oso hormiguero y El río, fueron lo nuevo. Lograron ese lenguaje universal basado en la Mixtura.

En esos momentos Luis Hernández leía a estos jovenes poetas peruanos, sus contemporáneos, como si fuesen clásicos. Hernández médico de profesión, pero músico de alma, con una profunda sensibilidad y muy atento a su época, logró esta poesía casi epigramática llena de citas y mezcló lo culto con lo popular, lo clásico con lo contemporáneo. Vox horrísona es el comienzo de la poesía moderna en el Perú.