Hay cartas que se escriben y se envían, hay cartas que se envían y no llegan a destino. Pero hay otras, que se inscriben como un eco fantasmal en nuestra lengua, se proyectan en el cine particular de lo heredado: toda familia es un duelo epistolar de voces que se llaman, silbando bajo, en los gestos y los objetos donde también se reparte la herida de la memoria. ¿Quién sueña lo perdido por los que ya no están? ¿Es posible restituir el extravío de un talismán? La casa, las cosas, las cajas, componen una puesta en abismo para cruzar de lado a lado el ancho río de lo ausente.

La lumbre de los que partieron aún arde. Dibuja bosques de follaje amarillo, dorado y rojo, sombras que adivinamos e interpretamos con astucia de fábula. Tal vez esa muñeca, esos jazmines, tal vez ese ojo de cristal, tallen en el misterio del tiempo las palabras necesarias para nombrar la raíz de lo propio: poder decir esta soy, aquí estoy, en este presente inflamable con la memoria de las trincheras transoceánicas a cuestas. Poder escribir allí están, ellos fueron, así amaron el mundo con sus pupilas en destierro.

Una fogata en nuestra casa alumbra el manto de los días frágiles: los poemas como cartas, saludan en justa belleza a los que dejaron un fuego escondido para los últimos en llegar.

 

Gabriela Clara Pignataro

 

 

Malén De Felice (1988), argentina oriunda de Lanús, Buenos Aires, es Licenciada y Profesora en Letras por la UBA.

Lectora empedernida, escribe cuentos y poemas desde hace más de dos décadas. Algunas de sus producciones fueron publicadas en revistas y antologías de carácter independiente.

Una fogata en nuestra casa es su ópera prima.

Una fogata en nuestra casa - Malén De Felice

$15.000
Una fogata en nuestra casa - Malén De Felice $15.000

Hay cartas que se escriben y se envían, hay cartas que se envían y no llegan a destino. Pero hay otras, que se inscriben como un eco fantasmal en nuestra lengua, se proyectan en el cine particular de lo heredado: toda familia es un duelo epistolar de voces que se llaman, silbando bajo, en los gestos y los objetos donde también se reparte la herida de la memoria. ¿Quién sueña lo perdido por los que ya no están? ¿Es posible restituir el extravío de un talismán? La casa, las cosas, las cajas, componen una puesta en abismo para cruzar de lado a lado el ancho río de lo ausente.

La lumbre de los que partieron aún arde. Dibuja bosques de follaje amarillo, dorado y rojo, sombras que adivinamos e interpretamos con astucia de fábula. Tal vez esa muñeca, esos jazmines, tal vez ese ojo de cristal, tallen en el misterio del tiempo las palabras necesarias para nombrar la raíz de lo propio: poder decir esta soy, aquí estoy, en este presente inflamable con la memoria de las trincheras transoceánicas a cuestas. Poder escribir allí están, ellos fueron, así amaron el mundo con sus pupilas en destierro.

Una fogata en nuestra casa alumbra el manto de los días frágiles: los poemas como cartas, saludan en justa belleza a los que dejaron un fuego escondido para los últimos en llegar.

 

Gabriela Clara Pignataro

 

 

Malén De Felice (1988), argentina oriunda de Lanús, Buenos Aires, es Licenciada y Profesora en Letras por la UBA.

Lectora empedernida, escribe cuentos y poemas desde hace más de dos décadas. Algunas de sus producciones fueron publicadas en revistas y antologías de carácter independiente.

Una fogata en nuestra casa es su ópera prima.