Candelaria Rivero despliega un conjunto de afectos en imágenes que se suceden: la profundidad del agua  y del cielo en el ahondamiento reflexivo, un instante de excepción en la vida cotidiana –en el simple gesto  de pelar una cebolla o en la contemplación de un paisaje– que convoca a un rostro amado y perturba la  continuidad del tiempo, aquello contenido íntimamente y que fuga a través de la palabra para hacerse  carne en el ritmo y la cadencia de estos poemas. Hay un temor al olvido, a ese lugar oscuro que reclama  algo de claridad y hace mecha en la metáfora que titula este libro: cuando olvido / de dónde vengo / me  busco en imágenes. Modos de capturar los destellos de la experiencia sensible para hacer con ellos otra  cosa, modos de revelarse que devienen en voz poética y dan aliento a la aventura de vivir intensamente. El  rollo del film es la vida y la poesía es un gatillo, un espacio –un rectángulo, un libro– para que entre la  claridad y nos invite al juego vital de la rememoración. En este libro hay un camino y no es lineal: principios y finales se solapan y se exponen para que la lectura sea, en sí misma, el placer de un movimiento.

Un rectángulo negro por donde entra la claridad - Candelaria Rivero

$17.000
Un rectángulo negro por donde entra la claridad - Candelaria Rivero $17.000

Candelaria Rivero despliega un conjunto de afectos en imágenes que se suceden: la profundidad del agua  y del cielo en el ahondamiento reflexivo, un instante de excepción en la vida cotidiana –en el simple gesto  de pelar una cebolla o en la contemplación de un paisaje– que convoca a un rostro amado y perturba la  continuidad del tiempo, aquello contenido íntimamente y que fuga a través de la palabra para hacerse  carne en el ritmo y la cadencia de estos poemas. Hay un temor al olvido, a ese lugar oscuro que reclama  algo de claridad y hace mecha en la metáfora que titula este libro: cuando olvido / de dónde vengo / me  busco en imágenes. Modos de capturar los destellos de la experiencia sensible para hacer con ellos otra  cosa, modos de revelarse que devienen en voz poética y dan aliento a la aventura de vivir intensamente. El  rollo del film es la vida y la poesía es un gatillo, un espacio –un rectángulo, un libro– para que entre la  claridad y nos invite al juego vital de la rememoración. En este libro hay un camino y no es lineal: principios y finales se solapan y se exponen para que la lectura sea, en sí misma, el placer de un movimiento.