Después de incursionar en la narrativa, Pedro L’Eveque retorna a la poesía antes de que mude la palabra / o nos mande a mudar a nosotros. Este poemario no se cierra a un concepto o estilo particular, sino que se desparrama por sus páginas como en un delirio de viento que lo trae y lleva de un sentir al otro, de una anécdota a la otra. 

Una ciudad mirada como por un sordo con su defensa de silencio; los sonidos están para quien los imagine. La Patagonia que entra a esa ciudad; justificada desde la corteza de un coihue, irrumpe y se deja convencer.

Las ilustraciones de Ale Giusto no buscan acompañar ni complementar, sino, en un diálogo a la distancia entre ambos artistas, aportar otra manera de mirar, e incluso otra manera de decir. 

Un mirar de veces es un ir y venir entre el cemento que quema y el río que acude, la siesta de un cóndor y un cine vacío, las autopistas y el mar que le promete sentido a su forma. Es también un conjunto de poemas escritos como si fueran lo último que una persona tiene para decir en una conversación entre la palabra y lo que está vivo en ella.

Un mirar de veces - Pedro L'Eveque

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Después de incursionar en la narrativa, Pedro L’Eveque retorna a la poesía antes de que mude la palabra / o nos mande a mudar a nosotros. Este poemario no se cierra a un concepto o estilo particular, sino que se desparrama por sus páginas como en un delirio de viento que lo trae y lleva de un sentir al otro, de una anécdota a la otra. 

Una ciudad mirada como por un sordo con su defensa de silencio; los sonidos están para quien los imagine. La Patagonia que entra a esa ciudad; justificada desde la corteza de un coihue, irrumpe y se deja convencer.

Las ilustraciones de Ale Giusto no buscan acompañar ni complementar, sino, en un diálogo a la distancia entre ambos artistas, aportar otra manera de mirar, e incluso otra manera de decir. 

Un mirar de veces es un ir y venir entre el cemento que quema y el río que acude, la siesta de un cóndor y un cine vacío, las autopistas y el mar que le promete sentido a su forma. Es también un conjunto de poemas escritos como si fueran lo último que una persona tiene para decir en una conversación entre la palabra y lo que está vivo en ella.