Todas las cosas del mundo algún día serán basura es el primer libro de Luciana Holograma pero también es una antología, porque muchos de estos poemas fueron publicados en fanzines y, junto con otros inéditos, forman un corpus amplio que da cuenta de sus intereses y preocupaciones.

Con poesía precisa, austera, desencantada y sin embargo llena de belleza, Luciana reafirma una posición que ya se ve con nitidez en su trayectoria como activista cultural; su propuesta estética y su acción multiplicadora no son una forma de pararse frente al mundo, sino desde él.

Lo que me hace escribir en este momento es la felicidad de que Lu esté publicando su libro. Me acuerdo de la primera vez que la escuché leer, de la sensación que tuve. Una imagen difusa y poderosa. Creo que entré en algún poema. Me llevó a un lugar y mi mirada se detuvo en la nada, como cuando algo te hace click en el cerebro y se anula el entorno. Me parece que había un mar, aunque no estoy seguro. Quizá simplemente el mar resuena cuando pienso en lo que escribe Lu, como la autopista que veo desde la terraza en los días lluviosos o muy fríos, o el edificio viejo y gigante que está detrás. Es como si los poemas se transformaran y me reconociera en el palacio del que ella habla, como si pudiera visitarlo una y otra vez de maneras extraordinarias, donde sus partes desdobladas se comunican.

Lucas Cardo

Todas las cosas del mundo algún día serán basura - Luciana Holograma

$12.000
Todas las cosas del mundo algún día serán basura - Luciana Holograma $12.000

Todas las cosas del mundo algún día serán basura es el primer libro de Luciana Holograma pero también es una antología, porque muchos de estos poemas fueron publicados en fanzines y, junto con otros inéditos, forman un corpus amplio que da cuenta de sus intereses y preocupaciones.

Con poesía precisa, austera, desencantada y sin embargo llena de belleza, Luciana reafirma una posición que ya se ve con nitidez en su trayectoria como activista cultural; su propuesta estética y su acción multiplicadora no son una forma de pararse frente al mundo, sino desde él.

Lo que me hace escribir en este momento es la felicidad de que Lu esté publicando su libro. Me acuerdo de la primera vez que la escuché leer, de la sensación que tuve. Una imagen difusa y poderosa. Creo que entré en algún poema. Me llevó a un lugar y mi mirada se detuvo en la nada, como cuando algo te hace click en el cerebro y se anula el entorno. Me parece que había un mar, aunque no estoy seguro. Quizá simplemente el mar resuena cuando pienso en lo que escribe Lu, como la autopista que veo desde la terraza en los días lluviosos o muy fríos, o el edificio viejo y gigante que está detrás. Es como si los poemas se transformaran y me reconociera en el palacio del que ella habla, como si pudiera visitarlo una y otra vez de maneras extraordinarias, donde sus partes desdobladas se comunican.

Lucas Cardo