La novela de Fernando Chulak, Tilde, tilde, cruz, es original porque sigue la tradición de las narraciones de verdades encubiertas y de los contra-relatos. Eso es un clásico: disfrazar de vivos a los muertos, fotografiarlos, hacerlos vivir en el relato fingido de su día a día. Esa simulación es la escritura misma. Ariana Harwicz

 

Fernando Chulak cuenta la historia de una fabulación, del poder que las fabulaciones pueden llegar a tener. Pero no el poder de persuadir, encubrir, engañar, sugestionar. Sino un poder mayor: ese que hace que la fabulación, aun develada, quiera pese a todo mantenerse. Mantenerse precisamente así: como fabulación. La novela de Chulak fascina porque se impulsa con el motor de la propia literatura. Martín Kohan

Tilde, Tilde, Cruz - Fernando Chulak

$23.240
Tilde, Tilde, Cruz - Fernando Chulak $23.240

La novela de Fernando Chulak, Tilde, tilde, cruz, es original porque sigue la tradición de las narraciones de verdades encubiertas y de los contra-relatos. Eso es un clásico: disfrazar de vivos a los muertos, fotografiarlos, hacerlos vivir en el relato fingido de su día a día. Esa simulación es la escritura misma. Ariana Harwicz

 

Fernando Chulak cuenta la historia de una fabulación, del poder que las fabulaciones pueden llegar a tener. Pero no el poder de persuadir, encubrir, engañar, sugestionar. Sino un poder mayor: ese que hace que la fabulación, aun develada, quiera pese a todo mantenerse. Mantenerse precisamente así: como fabulación. La novela de Chulak fascina porque se impulsa con el motor de la propia literatura. Martín Kohan