Tal vez la alianza más eficaz para andamiar un relato sea contar la historia —atravesada por la dispersión de los afectos en este caso— develando el mismo proceso de escritura. A ello se aventura María Lobo en esta novela, al revisitar los lugares comunes del enamoramiento de dos escritores recluidos en una estancia literaria, mientras afianzan su oficio y, al mismo tiempo, mientras se va montando la propia urdimbre novelesca. En San Miguel, la protagonista narra estos avatares en el pespunteo de varios procesos de escritura (su sesgada versión de los hechos, los fragmentos de las producciones literarias, un permanente loop de historias de videoclips, canciones y películas). Con todas estas sedimentadas referencias, la novela sincera las herramientas de su compleja recursividad. Reflexiona, además, sobre la instancia de escribir literatura, la procedencia de voces autorales y los públicos previstos, desconfiando siempre del imperio de centros sobre periferias. Desde el paisaje nevado de un Chaco refundado como nueva capital, este relato sugerente nos inquieta para pensar los tácitos acuerdos que todavía regulan, con mezquindades y estereotipos, la vida cultural de nuestro país.   Carlos Hernán Sosa  

San Miguel - María Lobo

$17.200
San Miguel - María Lobo $17.200

Tal vez la alianza más eficaz para andamiar un relato sea contar la historia —atravesada por la dispersión de los afectos en este caso— develando el mismo proceso de escritura. A ello se aventura María Lobo en esta novela, al revisitar los lugares comunes del enamoramiento de dos escritores recluidos en una estancia literaria, mientras afianzan su oficio y, al mismo tiempo, mientras se va montando la propia urdimbre novelesca. En San Miguel, la protagonista narra estos avatares en el pespunteo de varios procesos de escritura (su sesgada versión de los hechos, los fragmentos de las producciones literarias, un permanente loop de historias de videoclips, canciones y películas). Con todas estas sedimentadas referencias, la novela sincera las herramientas de su compleja recursividad. Reflexiona, además, sobre la instancia de escribir literatura, la procedencia de voces autorales y los públicos previstos, desconfiando siempre del imperio de centros sobre periferias. Desde el paisaje nevado de un Chaco refundado como nueva capital, este relato sugerente nos inquieta para pensar los tácitos acuerdos que todavía regulan, con mezquindades y estereotipos, la vida cultural de nuestro país.   Carlos Hernán Sosa