Después de los recordados tres volúmenes de «Los argentinos por la boca mueren», aparecidos entre 1993 y 1997, Carlos Ulanovsky vuelve a practicar uno de los juegos que más lo divierte: buscarle y encontrarle la quinta pata al gato de las palabras. Convencido de que el lenguaje revela la forma de pensar de una sociedad en un determinado momento histórico, el autor reitera su inclinación y necesidad de inventariar nuestros modos de hablar, en esta ocasión, con las palabras dichas y oídas en los primeros 18 años del siglo XXI. En 2019, en la provincia de Córdoba, la Real Academia Española realizará su 8º Congreso. A pocos meses de ese acontecimiento, el Ula se anticipa y organiza su propio Congreso de la Lengua en el que todos pueden participar.

Que Carlos escribiera sobre las palabras, el lenguaje, ese curioso ropaje con que todo pueblo se abriga a si mismo, no podía no llamarme la atención. Era lógico que lo hiciera, y que lo resolviera tan bien. Minucioso, divertido, irónico, profundo. Disfruté mucho su «Los argentinos por la boca mueren» y esta nueva versión siglo XXI, porque comparto desde siempre la misma obsesión por el lenguaje, lo que se dice y cómo se dice. Me importan, y muy mucho, las palabras. Ninguna palabra que se impone en una sociedad es inocente. No lo es, porque nos define, también.
Hugo Asch

Mi congreso de la lengua - Carlos Ulanovsky

$13.900
Mi congreso de la lengua - Carlos Ulanovsky $13.900

Después de los recordados tres volúmenes de «Los argentinos por la boca mueren», aparecidos entre 1993 y 1997, Carlos Ulanovsky vuelve a practicar uno de los juegos que más lo divierte: buscarle y encontrarle la quinta pata al gato de las palabras. Convencido de que el lenguaje revela la forma de pensar de una sociedad en un determinado momento histórico, el autor reitera su inclinación y necesidad de inventariar nuestros modos de hablar, en esta ocasión, con las palabras dichas y oídas en los primeros 18 años del siglo XXI. En 2019, en la provincia de Córdoba, la Real Academia Española realizará su 8º Congreso. A pocos meses de ese acontecimiento, el Ula se anticipa y organiza su propio Congreso de la Lengua en el que todos pueden participar.

Que Carlos escribiera sobre las palabras, el lenguaje, ese curioso ropaje con que todo pueblo se abriga a si mismo, no podía no llamarme la atención. Era lógico que lo hiciera, y que lo resolviera tan bien. Minucioso, divertido, irónico, profundo. Disfruté mucho su «Los argentinos por la boca mueren» y esta nueva versión siglo XXI, porque comparto desde siempre la misma obsesión por el lenguaje, lo que se dice y cómo se dice. Me importan, y muy mucho, las palabras. Ninguna palabra que se impone en una sociedad es inocente. No lo es, porque nos define, también.
Hugo Asch