En “Manada”, la artista interpela al lector con una serie de textos sobre las contradicciones que existen en torno al “amor” o “la mujer”, desde una pluma ácida, atormentada, pero a la vez, esperanzadora. 

Desde Espacio Asterisco, un centro cultural ubicado en Levalle 1293, la poeta So Sonia milita desde hace años por la revalorización de la palabra como una herramienta de transformación. Ahora, está a punto de sacar un nuevo libro, “Manada”, en el que aborda conceptos universales desde una perspectiva crítica y esperanzadora.

-¿Cómo surge la idea de hacer “Manada”? -

Hace dos veranos, en la casa de un gran amigo, dije ‘voy a hacer un libro’. En ese momento pensaba en un libro que mezclara mis textos con falsas entrevistas, consejos de vida. Una especie de biografía no autorizada de una diva del Conurbano. En los dos años que pasaron, el libro fue mutando, porque yo fui mutando. Mi divismo conurbano se canalizó en un personaje que no aparece en el libro, y mis textos empezaron a tomar otras formas, que respondían a lo que me estaba pasando.

-¿Sobre qué ejes literarios y temáticas se construye? -

“Manada” no es una novela, no es una idea que me senté a escribir con un principio y sabiendo cuál era el final, y eso hizo que muchas veces me pregunte en qué momento el libro iba a estar listo. El derrumbe de los ideales “amor” y “mujer”, el duelo, los intentos desesperados por inventar algo nuevo y la escritura como la manera que encuentro, de buscar respuestas, de preguntarme en voz alta para entender, de construir nuevas ficciones, más propias y menos impuestas. “Manada” es un poco eso.

-¿Qué valor le das a la obra?

-Es la primera vez que me dedico tanto tiempo y tan “profesionalmente” a escribir. Soy bastante desprolija, impulsiva y no suelo corregir ni releer demasiado lo que hago. Los textos suelen ir mutando en la oralidad, pero casi nunca reviso lo escrito. Así que para mí el proceso con “Manada” fue de un profundo aprendizaje. Tuve la guía maravillosa de Margarita Roncarolo, con ella aprendí a tener una mirada más profunda sobre mis palabras, a buscar la palabra precisa y no tenerle miedo a la corrección. Tenía mucho ese prejuicio pelotudo de que si me sentaba a corregir iba a perder mi espontaneidad (una postura re cómoda para dejar todo como estaba y nunca sentarme a laburar de verdad) .

-¿A quién le hablás en “Manada”?

-Antes que nada me hablo a mí misma en voz alta. Para entender algo necesito decirlo en voz alta. Y “Manada” es intentar entender el mundo que se me cae a pedazos por todos lados. Pero supongo que les hablo a todos los que estamos viendo y sintiendo eso. A las mujeres, sobre todo, a las que se perciben mujer, a las que no entienden qué carajo es ser mujer, a las que quieren ser mujer como se les canta el culo, y tal vez todavía no saben bien cómo es eso, a las que sentimos el derrumbe de las ideas que nos enseñaron de chiquitas. A las que militamos el feminismo, pero después lloramos con las canciones de amor más pedorras. Creo en el poder de compartir la vulnerabilidad, la duda, las fisuras.

Poemario de la poeta So Sonia

Editado por El Rucu Editor

 

Manada - So Sonia

$10.000
Sin stock
Manada - So Sonia $10.000

En “Manada”, la artista interpela al lector con una serie de textos sobre las contradicciones que existen en torno al “amor” o “la mujer”, desde una pluma ácida, atormentada, pero a la vez, esperanzadora. 

Desde Espacio Asterisco, un centro cultural ubicado en Levalle 1293, la poeta So Sonia milita desde hace años por la revalorización de la palabra como una herramienta de transformación. Ahora, está a punto de sacar un nuevo libro, “Manada”, en el que aborda conceptos universales desde una perspectiva crítica y esperanzadora.

-¿Cómo surge la idea de hacer “Manada”? -

Hace dos veranos, en la casa de un gran amigo, dije ‘voy a hacer un libro’. En ese momento pensaba en un libro que mezclara mis textos con falsas entrevistas, consejos de vida. Una especie de biografía no autorizada de una diva del Conurbano. En los dos años que pasaron, el libro fue mutando, porque yo fui mutando. Mi divismo conurbano se canalizó en un personaje que no aparece en el libro, y mis textos empezaron a tomar otras formas, que respondían a lo que me estaba pasando.

-¿Sobre qué ejes literarios y temáticas se construye? -

“Manada” no es una novela, no es una idea que me senté a escribir con un principio y sabiendo cuál era el final, y eso hizo que muchas veces me pregunte en qué momento el libro iba a estar listo. El derrumbe de los ideales “amor” y “mujer”, el duelo, los intentos desesperados por inventar algo nuevo y la escritura como la manera que encuentro, de buscar respuestas, de preguntarme en voz alta para entender, de construir nuevas ficciones, más propias y menos impuestas. “Manada” es un poco eso.

-¿Qué valor le das a la obra?

-Es la primera vez que me dedico tanto tiempo y tan “profesionalmente” a escribir. Soy bastante desprolija, impulsiva y no suelo corregir ni releer demasiado lo que hago. Los textos suelen ir mutando en la oralidad, pero casi nunca reviso lo escrito. Así que para mí el proceso con “Manada” fue de un profundo aprendizaje. Tuve la guía maravillosa de Margarita Roncarolo, con ella aprendí a tener una mirada más profunda sobre mis palabras, a buscar la palabra precisa y no tenerle miedo a la corrección. Tenía mucho ese prejuicio pelotudo de que si me sentaba a corregir iba a perder mi espontaneidad (una postura re cómoda para dejar todo como estaba y nunca sentarme a laburar de verdad) .

-¿A quién le hablás en “Manada”?

-Antes que nada me hablo a mí misma en voz alta. Para entender algo necesito decirlo en voz alta. Y “Manada” es intentar entender el mundo que se me cae a pedazos por todos lados. Pero supongo que les hablo a todos los que estamos viendo y sintiendo eso. A las mujeres, sobre todo, a las que se perciben mujer, a las que no entienden qué carajo es ser mujer, a las que quieren ser mujer como se les canta el culo, y tal vez todavía no saben bien cómo es eso, a las que sentimos el derrumbe de las ideas que nos enseñaron de chiquitas. A las que militamos el feminismo, pero después lloramos con las canciones de amor más pedorras. Creo en el poder de compartir la vulnerabilidad, la duda, las fisuras.

Poemario de la poeta So Sonia

Editado por El Rucu Editor