La gota seca despliega relatos sobre el sinsentido, la vulgaridad, la vacuidad, lo efímero y la artificiosidad de la vida moderna. Con observación y distancia. Hay crotos, perros, aulas abúlicas, fragmentos de un Diario y recuerdos de intoxicaciones. La mirada del autor no pretende aleccionar ni impresionar más allá de lo que describe, tampoco teje paternalismos ideológicos. Ninguna representación, pura presentación. Alguien desconcertado por las intensidades que salen a su encuentro. Ficción o no ficción, imaginario o real, apócrifo o verdadero, todas categorías irrelevantes.