Este libro ayuda a reparar una injusticia. Es injusto, muy injusto, que tantos gustadores de la mejor poesía no hayan descubierto todavía a Circe Maia.

La revelación será una alta alegría.Yo les envidio ese momento mágico. Que dure, siempre.

Eduardo Galeano

 

Pesar perlas es una tarea difícil; las perlas son orgánicas, irregulares, alteran fácilmente la suma final. Quien al escribir pesa las palabras como perlas es consciente del más mínimo desequilibrio, del acierto causado por la inclusión de un vocablo o por el descarte de otro; es quien pone un cuidado extremo al combinar sonidos y voces en medio del derrame que supone la escritura. El título de esta obra reunida de la poeta uruguaya Circe Maia es un hallazgo. La pesadora de perlas alude a un cuadro de Vermeer que se toma como referencia en un poema, pero vuelve extensiva su significación a una idea del trabajo poético. Dice Maia en uno de los textos que resume su poética: “Trabajo en lo visible y lo cercano / –y no lo creas fácil– / No quisiera ir más lejos. Todo esto / que palpo y veo / junto a mí, hora a hora / es rebelde y resiste. / Para su vivo peso / demasiado livianas se me hacen las palabras”. Podría escribirse sin parar, después de leer estos pocos versos, un tratado, por ejemplo, sobre el peso que lo vivencial introyecta en las palabras, o sobre la aparente facilidad de lo íntimo.

Circe Maia tiene un modo distintivo de observar y de pensar la realidad atendiendo a sus zonas más escurridizas, pero también de acercarse a ellas nombrando un universo concreto y referencial: una silla, una piedra gastada, insectos entrando por una ventana. Su discurrir sereno y al mismo tiempo conmovido no deja que los enunciados se cierren; los va abriendo hasta soltarlos y deja que sigan habitando en lo indecible, en lo que apenas puede apresar el poema. Aunque se ha dedicado a la enseñanza de la filosofía casi toda su vida, Maia desconfía del logos, de su justa medida, pero hay en sus textos una huella discursiva enraizada en socráticos y presocráticos. A veces desata extraños interrogantes: “¿Cómo aprende la luz a oscurecerse? / ¿Debe hacer ejercicios de opacamiento?”. Otras veces, el lector puede ser convocado a resolver un planteo filosófico: “Afrontemos ahora / la posibilidad de estar ya muertos”. Desde un yo que se coloca en un segundo plano, el mundo aparece en su poesía rasgado con un doble fondo, y quien lo percibe se detiene en los cambios más sutiles. Cambios, permanencias, Superficies, De lo visible son algunos de los títulos de sus libros.

Circe Maia es una de las voces más relevantes de la poesía uruguaya y junto a ella de inmediato surgen los nombres de Idea Vilariño y Marosa Di Giorgio, tan diferentes las tres en sus poéticas. Esta es la primera vez que se publica un libro de Maia en la Argentina y lo hace la editorial cordobesa Viento de Fondo. A manera de prólogo, incluye una extensa conversación con la escritora María Teresa Andruetto: un diálogo fluido producto de la lectura a lo largo del tiempo, con una genuina admiración, que es mutua, y que se convierte en una reflexión sobre la obra de Maia y sobre la poesía misma. Lo que se ve es una autora que al componer sopesa las palabras como perlas, sintetiza sin aglomerarlas y las deja decir lo mucho que encarnan.

La pesadora de perlas - Circe Maia

$14.000
La pesadora de perlas - Circe Maia $14.000

Este libro ayuda a reparar una injusticia. Es injusto, muy injusto, que tantos gustadores de la mejor poesía no hayan descubierto todavía a Circe Maia.

La revelación será una alta alegría.Yo les envidio ese momento mágico. Que dure, siempre.

Eduardo Galeano

 

Pesar perlas es una tarea difícil; las perlas son orgánicas, irregulares, alteran fácilmente la suma final. Quien al escribir pesa las palabras como perlas es consciente del más mínimo desequilibrio, del acierto causado por la inclusión de un vocablo o por el descarte de otro; es quien pone un cuidado extremo al combinar sonidos y voces en medio del derrame que supone la escritura. El título de esta obra reunida de la poeta uruguaya Circe Maia es un hallazgo. La pesadora de perlas alude a un cuadro de Vermeer que se toma como referencia en un poema, pero vuelve extensiva su significación a una idea del trabajo poético. Dice Maia en uno de los textos que resume su poética: “Trabajo en lo visible y lo cercano / –y no lo creas fácil– / No quisiera ir más lejos. Todo esto / que palpo y veo / junto a mí, hora a hora / es rebelde y resiste. / Para su vivo peso / demasiado livianas se me hacen las palabras”. Podría escribirse sin parar, después de leer estos pocos versos, un tratado, por ejemplo, sobre el peso que lo vivencial introyecta en las palabras, o sobre la aparente facilidad de lo íntimo.

Circe Maia tiene un modo distintivo de observar y de pensar la realidad atendiendo a sus zonas más escurridizas, pero también de acercarse a ellas nombrando un universo concreto y referencial: una silla, una piedra gastada, insectos entrando por una ventana. Su discurrir sereno y al mismo tiempo conmovido no deja que los enunciados se cierren; los va abriendo hasta soltarlos y deja que sigan habitando en lo indecible, en lo que apenas puede apresar el poema. Aunque se ha dedicado a la enseñanza de la filosofía casi toda su vida, Maia desconfía del logos, de su justa medida, pero hay en sus textos una huella discursiva enraizada en socráticos y presocráticos. A veces desata extraños interrogantes: “¿Cómo aprende la luz a oscurecerse? / ¿Debe hacer ejercicios de opacamiento?”. Otras veces, el lector puede ser convocado a resolver un planteo filosófico: “Afrontemos ahora / la posibilidad de estar ya muertos”. Desde un yo que se coloca en un segundo plano, el mundo aparece en su poesía rasgado con un doble fondo, y quien lo percibe se detiene en los cambios más sutiles. Cambios, permanencias, Superficies, De lo visible son algunos de los títulos de sus libros.

Circe Maia es una de las voces más relevantes de la poesía uruguaya y junto a ella de inmediato surgen los nombres de Idea Vilariño y Marosa Di Giorgio, tan diferentes las tres en sus poéticas. Esta es la primera vez que se publica un libro de Maia en la Argentina y lo hace la editorial cordobesa Viento de Fondo. A manera de prólogo, incluye una extensa conversación con la escritora María Teresa Andruetto: un diálogo fluido producto de la lectura a lo largo del tiempo, con una genuina admiración, que es mutua, y que se convierte en una reflexión sobre la obra de Maia y sobre la poesía misma. Lo que se ve es una autora que al componer sopesa las palabras como perlas, sintetiza sin aglomerarlas y las deja decir lo mucho que encarnan.