La belleza es un acontecimiento que no puede domesticarse, pero ocurre por ejemplo que en el encuentro, otra vez fortuito, de una poeta de estos tiempos con las acuarelas y los grabados de una artista de la segunda mitad del siglo XVII, surja su escurridizo destello anulando toda cronología.

Maria Sibylla Merian, holandesa,precursora de la entomología, naturalista y exploradora, viaja a los 52 años con una de sus hijas a Surinam a pintar mariposas. Los insectos y la exuberancia tropical de la flora encontrarán la traducción perfecta en el trazo de sus delgados pinceles. 

marisa Negri no hará ventriloquía ni erá su biógrafa: estos, apenas, textos, de depurada maestría sugerirán acá un color, allá un rumor, como las señales dejadas por el paso de alguien en un monte. 

Que este libro se despliegue como un mapa extraño, un rara avis, y no caigan de él las flores y los bichos desecados del viejo sueño romántico, sino loq ue sobrevuele un enjambre de palabras vivaces que acaso regresen al poema una vez cerrado, porque poema es uno de los sitios que elige la realidad para vivir y soñar.

La oruga - Marisa Negri

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La oruga - Marisa Negri $14.000

La belleza es un acontecimiento que no puede domesticarse, pero ocurre por ejemplo que en el encuentro, otra vez fortuito, de una poeta de estos tiempos con las acuarelas y los grabados de una artista de la segunda mitad del siglo XVII, surja su escurridizo destello anulando toda cronología.

Maria Sibylla Merian, holandesa,precursora de la entomología, naturalista y exploradora, viaja a los 52 años con una de sus hijas a Surinam a pintar mariposas. Los insectos y la exuberancia tropical de la flora encontrarán la traducción perfecta en el trazo de sus delgados pinceles. 

marisa Negri no hará ventriloquía ni erá su biógrafa: estos, apenas, textos, de depurada maestría sugerirán acá un color, allá un rumor, como las señales dejadas por el paso de alguien en un monte. 

Que este libro se despliegue como un mapa extraño, un rara avis, y no caigan de él las flores y los bichos desecados del viejo sueño romántico, sino loq ue sobrevuele un enjambre de palabras vivaces que acaso regresen al poema una vez cerrado, porque poema es uno de los sitios que elige la realidad para vivir y soñar.