La inevitable resurrección de los cerebros de Boltzmann es una novela con ecuaciones. Mario Daniel Martín las usa para jalonar la historia de Iridio, quien cree que hay una ecuación para todo, porque la asistente robot que lo crió le aseguró eso cuando era niño.

Es la segunda mitad del siglo XXII y el planeta has sido asolado por el cambio climático, hay una perenne crisis mundial y millones de refugiados por la subida del nivel del mar.  Iridio Géiser Perelman Ennui, anorgásmico, arromántico y sinéstético, tiene tres obsesiones: los números trascendentes, la verdadera causa de la desaparición de los dinosaurios y encontrar el centro del universo, el lugar que dio origen al big bang. Su intento de comprenderlo todo en términos matemáticos, lo lleva a confrontar a las autoridades post-creacionistas de su universidad, las distintas policías de la Republica Popular Libremercadista de Ozeanía, y los psicólogos riechconductistas que tratan de reformarlo. En su inocente lucha por defender la ciencia pura, Iridio también va a enfrentarse con los más acérrimos enemigos del progreso humano: los fluctuantes
cerebros de Boltzmann, unas entidades que han aparecido espontáneamente en la espuma cuántica del espacio sideral, y se han apoderado de las mentes de los líderes del caótico planeta Tierra instalándose en su glándula pineal.

“El  gran  enemigo  del  conocimiento  no  es  la ignorancia, sino la ilusión de conocimiento” / Stephen Hawking