El libro de Inés en todo su arco de potencia, cierra con dos poemas que encierran su verdad. Por eso, celebro este libro, que se atreve a mostrar un recorrido íntimo. Kreplak separa lo que fue, de lo que no fue, de lo que es. Y cierra con uno de los poemas más bellos, donde la imagen de estar cruzando un río y quedarse a la mitad recuerda al fragmento de Heráclito, de no se puede cruzar dos veces el mismo río, pero acá Inés refuerza, tampoco puede quedarse a mitad de camino. Este libro, esta ilusión poética es encontrarnos con una poesía fuerte, madura. No hay en los poemas golpes bajos, efectos especiales ni siquiera alguno un poco acolchado para que el golpe sea más blando. La poesía de Inés Kreplak nos muestra lo más verdadero. Descarnado, doloroso, sincero.