En este barrio, los sótanos están prohibidos pero todas las casas tienen una habitación del Presidente. En esta casa, la habitación del Presidente está adelante, mirando al jardín de la entrada. La familia hasta ahora nunca ha recibido la visita del Presidente, pero la habitación está siempre lista, por si acaso. ¿Qué hace el Presidente dentro de esa habitación durante sus visitas?, ¿y cómo entra?, ¿tiene la llave de todas las casas?, ¿cómo vive la gente en los edificios de la ciudad, donde no tienen una habitación del Presidente?, ¿cómo viven los demás en las otras casas? En cosas como estas piensa el niño que narra esta historia cuando está en el altillo, mientras la rutina de la casa sigue su curso, una rutina que parece excluirlo, pero que le permite pasar horas allí mirando el perfil de la ciudad a lo lejos, sin que sus hermanos o sus padres lo molesten, o recorrer la casa sin que nadie lo note, o espiar la habitación del Presidente desde el laurel que está frente a la casa. En el límite entre lo real y lo fantástico, Ricardo Romero construye una novela inquietante y misteriosa sobre el hogar, desde la mirada de un niño ensimismado, cuya intimidad se agiganta mientras reduce el resto del mundo a los objetos de una sola habitación.

La habitación del presidente - Ricardo Romero

$19.300
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La habitación del presidente - Ricardo Romero $19.300

En este barrio, los sótanos están prohibidos pero todas las casas tienen una habitación del Presidente. En esta casa, la habitación del Presidente está adelante, mirando al jardín de la entrada. La familia hasta ahora nunca ha recibido la visita del Presidente, pero la habitación está siempre lista, por si acaso. ¿Qué hace el Presidente dentro de esa habitación durante sus visitas?, ¿y cómo entra?, ¿tiene la llave de todas las casas?, ¿cómo vive la gente en los edificios de la ciudad, donde no tienen una habitación del Presidente?, ¿cómo viven los demás en las otras casas? En cosas como estas piensa el niño que narra esta historia cuando está en el altillo, mientras la rutina de la casa sigue su curso, una rutina que parece excluirlo, pero que le permite pasar horas allí mirando el perfil de la ciudad a lo lejos, sin que sus hermanos o sus padres lo molesten, o recorrer la casa sin que nadie lo note, o espiar la habitación del Presidente desde el laurel que está frente a la casa. En el límite entre lo real y lo fantástico, Ricardo Romero construye una novela inquietante y misteriosa sobre el hogar, desde la mirada de un niño ensimismado, cuya intimidad se agiganta mientras reduce el resto del mundo a los objetos de una sola habitación.