Somos trabajadorxs de la danza

Ficción, quizás. Un pequeño tajo en lo real para dejar correr unos aires de imaginación, diría. Pero la historia es historia, y los sucesos, parecidos pero diferentes, permiten palpar algo de aquello que pasó. Incluso el gesto de contarnos ese cuento es ya una forma más de acción que sigue las mismas motivaciones: mejorar las condiciones de lxs trabajadorxs de la danza.

Hubo que deshacer la idea de que, de alguna extraña manera, lxs bailarinxs son “especiales”, porque ello los ha llevado a mantenerse “por fuera” y no como parte de lo social, lo que implica, entre otras cosas, la pérdida de los derechos más básicos, como contar con un seguro de trabajo. Visto desde esta perspectiva, la consigna “Somos trabajadorxs de la danza”, permitió devolver la carne a los cuerpos que practican las artes del movimiento (lo que implica también desarmar la imagen etérea y fantasmal de quien baila). Ojalá este libro también sirva para recordar que siempre es en la calle y que siempre es en grupo.
La danza, la lucha, la construcción, lo que investigamos, lo que escribimos, lo que creamos, lo que somos
siempre es colectivo.

Leer a Ernesto nos recuerda que el esfuerzo, el empuje y las esperas grupales sostenidas son la
clave de toda lucha, y fueron los pilares con los cuales este grupo de bailarinxs consiguió sus propósitos (y más!). Un relato escrito con una sencillez tan elaborada como difícil de lograr, que refleja que los objetivos que aparecen inicialmente como preguntas difusas, intuiciones, sensaciones e inquietudes, gracias al trabajo colectivo y al soporte de unxs con otrxs, se materializan incluso en formas inesperadas.

Nota editorial de Josefina Zuain

La Danza de los Invisibles - Ernesto Chacón Oribe

$26.400
La Danza de los Invisibles - Ernesto Chacón Oribe $26.400

Somos trabajadorxs de la danza

Ficción, quizás. Un pequeño tajo en lo real para dejar correr unos aires de imaginación, diría. Pero la historia es historia, y los sucesos, parecidos pero diferentes, permiten palpar algo de aquello que pasó. Incluso el gesto de contarnos ese cuento es ya una forma más de acción que sigue las mismas motivaciones: mejorar las condiciones de lxs trabajadorxs de la danza.

Hubo que deshacer la idea de que, de alguna extraña manera, lxs bailarinxs son “especiales”, porque ello los ha llevado a mantenerse “por fuera” y no como parte de lo social, lo que implica, entre otras cosas, la pérdida de los derechos más básicos, como contar con un seguro de trabajo. Visto desde esta perspectiva, la consigna “Somos trabajadorxs de la danza”, permitió devolver la carne a los cuerpos que practican las artes del movimiento (lo que implica también desarmar la imagen etérea y fantasmal de quien baila). Ojalá este libro también sirva para recordar que siempre es en la calle y que siempre es en grupo.
La danza, la lucha, la construcción, lo que investigamos, lo que escribimos, lo que creamos, lo que somos
siempre es colectivo.

Leer a Ernesto nos recuerda que el esfuerzo, el empuje y las esperas grupales sostenidas son la
clave de toda lucha, y fueron los pilares con los cuales este grupo de bailarinxs consiguió sus propósitos (y más!). Un relato escrito con una sencillez tan elaborada como difícil de lograr, que refleja que los objetivos que aparecen inicialmente como preguntas difusas, intuiciones, sensaciones e inquietudes, gracias al trabajo colectivo y al soporte de unxs con otrxs, se materializan incluso en formas inesperadas.

Nota editorial de Josefina Zuain