A la hora de subir al barco en su España natal, apenas una valija y la ilusión de una vida mejor lejos de su tierra son pocas cosas pero suficientes, o eso cree el emigrante. Porque muchas otras cosas, de las que aún no puede medir su relevancia, lo acompañan y pesan ya desde el puerto mismo de partida.
En esta novela ese inmigrante es Leandro Quiroz. Pero pasará la vida, y será Ernesto, uno de sus hijos, quien viajará al pasado de Leandro. Y lleva el hijo, como trajo el padre, una carga muy grande, de momentos vividos y no entendidos.
Con un exquisito manejo del lenguaje, Cristina Sánchez va desgajando los sucesos familiares, sociales y políticos.
(del Prólogo de Claudia Cortalezzi)