Laura Bertolé ha imaginado catorce mundos en los que el alma está en riesgo. Catorce cuentos en los que el desarrollo tecnológico ha sustituido la capacidad de concebir y de pensar por und esvío programado al que hay que acomodarse. 

La belleza es ajena, no s{olo porque resulta inapresable: ha quedado reducida a una pose que olvidó su sentido. La naturaleza, un mal recuerdo, brilla de un modo mentiroso. Quedan seres o artefactos, que cortan el deseo al ras, seccionan y sustituyen a los cuerpos - evases vacíos o en tránsito de ahuecarse- por acciones automáticas. Si hay madres, están detrás de un cristal, indefinidas, distanciadas de su función. Gestar es un trámite. Los objetos del pasado y la memoria, puro residuo descartable. Si hubo amor, quedó su mueca. 

Catorce cuentos en los que asistimos a las esquirlas que ha dejado el progreso, donde la distopía se ha vuelto doméstica. Una síntesis del horror contada sin asombro ni crueldad. El horror no necesita. 

Fernanda García Lao

La belleza ajena - Laura Bertolé

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Laura Bertolé ha imaginado catorce mundos en los que el alma está en riesgo. Catorce cuentos en los que el desarrollo tecnológico ha sustituido la capacidad de concebir y de pensar por und esvío programado al que hay que acomodarse. 

La belleza es ajena, no s{olo porque resulta inapresable: ha quedado reducida a una pose que olvidó su sentido. La naturaleza, un mal recuerdo, brilla de un modo mentiroso. Quedan seres o artefactos, que cortan el deseo al ras, seccionan y sustituyen a los cuerpos - evases vacíos o en tránsito de ahuecarse- por acciones automáticas. Si hay madres, están detrás de un cristal, indefinidas, distanciadas de su función. Gestar es un trámite. Los objetos del pasado y la memoria, puro residuo descartable. Si hubo amor, quedó su mueca. 

Catorce cuentos en los que asistimos a las esquirlas que ha dejado el progreso, donde la distopía se ha vuelto doméstica. Una síntesis del horror contada sin asombro ni crueldad. El horror no necesita. 

Fernanda García Lao