Traducción de: Inés Pardal

Incluye los siguientes relatos: “La sombra en el rosedal”, “El sustituto”, “Boletos, por favor”, “Inglaterra, mi Inglaterra”, “Jimmy y la mujer desesperada”, “Bajo el mismo techo”, “Sol”, “El amor entre las parvas”, “Una vez”, “El viejo Adán” y “Bruja a la mode”. Se incluye además el estudio preliminar de Inés Pardal, “El primer escritor postvictoriano”.

”Mi gran religión es una creencia en que la sangre, la carne, son más sabias que el intelecto. Nuestra mente puede equivocarse. Pero lo que la sangre siente, cree y dice, es siempre verdad. El intelecto es un freno y una rienda. ¿Qué me importa la ciencia? Todo lo que quiero es responder a mi sangre directamente, sin frívolas intervenciones de la razón, o la moral. Yo concibo el cuerpo de un hombre como una llama, como la llama de una lámpara, siempre vertical, siempre fluyente, y la inteligencia es sólo la luz esparcida sobre las cosas que la rodean. No estoy interesado en las cosas que me rodean, sino en el misterio de la llama siempre ardiente, llegando de ninguna parte, mateniéndose ella misma en sí, frente a cualquier cosa que alumbre.”

De una carta de Lawrence a Ernest Collings, 1913.

 

Inglaterra, mi Inglaterra - D. H. Lawrence

$21.500
Inglaterra, mi Inglaterra - D. H. Lawrence $21.500

Traducción de: Inés Pardal

Incluye los siguientes relatos: “La sombra en el rosedal”, “El sustituto”, “Boletos, por favor”, “Inglaterra, mi Inglaterra”, “Jimmy y la mujer desesperada”, “Bajo el mismo techo”, “Sol”, “El amor entre las parvas”, “Una vez”, “El viejo Adán” y “Bruja a la mode”. Se incluye además el estudio preliminar de Inés Pardal, “El primer escritor postvictoriano”.

”Mi gran religión es una creencia en que la sangre, la carne, son más sabias que el intelecto. Nuestra mente puede equivocarse. Pero lo que la sangre siente, cree y dice, es siempre verdad. El intelecto es un freno y una rienda. ¿Qué me importa la ciencia? Todo lo que quiero es responder a mi sangre directamente, sin frívolas intervenciones de la razón, o la moral. Yo concibo el cuerpo de un hombre como una llama, como la llama de una lámpara, siempre vertical, siempre fluyente, y la inteligencia es sólo la luz esparcida sobre las cosas que la rodean. No estoy interesado en las cosas que me rodean, sino en el misterio de la llama siempre ardiente, llegando de ninguna parte, mateniéndose ella misma en sí, frente a cualquier cosa que alumbre.”

De una carta de Lawrence a Ernest Collings, 1913.