(...) Paula Mengali construye un universo poético, una pequeña cosmogonía que atraviesa la fantasía, lo citadino y lo salvaje, dotándolo a todo de una dulzura casi táctil. Desde el comienzo, se abre una pequeña puerta que nos permite la sensación de un mundo lejano a disposición de nuestras manos. Paula construye estas cercanías con la sutileza de los detalles y lo sensorial.

(...) En estos turbulentos tiempos donde los cuerpos parecen desafectarse para su supervivencia, voces como las de Paula nos revitalizan la sensibilidad y el contacto como formas de ver el mundo, a nosotrxs mismxs y construir una realidad que, como diría Gaston Bachelard, reconozca a la memoria y a la imaginación como indisociables.