Y un día, Strucchi terminó de construir su libro, Le puede llevar varios años fabricar un libro como este. Años de juntar a mano todos los materiales que necesita: un pedazo de pared, las maderas de un piso flotante, el espejo roto de un baño, todo sirve; Strucchi va juntando cables, caños y escombros, luego manotea historias y hace la mezcla para edificar sus relatos. Yo vi como se hacía este libro; tiene el gusto a ladrillo, cemento y cerveza del viernes a la noche que olía Pablo al escribirlo. Me lo imaginé antes de que salga cuando lo escuchaba a Pablo en su editorial de )el asunto( hablar de los muchachos paraguayos de la obra, de Puerto Quilombo en Valeria del Mar o de los edificios a estrenar en Chacarita. Pablo Strucchi labura en la construcción. Posta, trabaja de sub-arquitecto en una empresa constructora. El libro es increíblemente realista, lo que no es poco hablando de Strucchi. Cuenta en detalles lo que podría ser su vida o la de cualquier laburante. Strucchi es un autor que no se esfuerza, ni literaria ni estéticamente. Si se suelta, es capaz de cualquier cosa Strucchi, pero a él le gusta romper todo. Transpira anarquismo del bueno. Necesita ir al material, desarmar el decorado para encontrar allí la materia prima. Su libro está poblado de okupas que viven en un mundo que es un solo país, continentes llenos de Argentinas, todos iguales de erroristas. Qué bueno que el mundo sea tan Strucchi.

Nicolás Pousthomis

En Construcción - Pablo Strucchi

$13.000
En Construcción - Pablo Strucchi $13.000

Y un día, Strucchi terminó de construir su libro, Le puede llevar varios años fabricar un libro como este. Años de juntar a mano todos los materiales que necesita: un pedazo de pared, las maderas de un piso flotante, el espejo roto de un baño, todo sirve; Strucchi va juntando cables, caños y escombros, luego manotea historias y hace la mezcla para edificar sus relatos. Yo vi como se hacía este libro; tiene el gusto a ladrillo, cemento y cerveza del viernes a la noche que olía Pablo al escribirlo. Me lo imaginé antes de que salga cuando lo escuchaba a Pablo en su editorial de )el asunto( hablar de los muchachos paraguayos de la obra, de Puerto Quilombo en Valeria del Mar o de los edificios a estrenar en Chacarita. Pablo Strucchi labura en la construcción. Posta, trabaja de sub-arquitecto en una empresa constructora. El libro es increíblemente realista, lo que no es poco hablando de Strucchi. Cuenta en detalles lo que podría ser su vida o la de cualquier laburante. Strucchi es un autor que no se esfuerza, ni literaria ni estéticamente. Si se suelta, es capaz de cualquier cosa Strucchi, pero a él le gusta romper todo. Transpira anarquismo del bueno. Necesita ir al material, desarmar el decorado para encontrar allí la materia prima. Su libro está poblado de okupas que viven en un mundo que es un solo país, continentes llenos de Argentinas, todos iguales de erroristas. Qué bueno que el mundo sea tan Strucchi.

Nicolás Pousthomis