Una vez que se pone en marcha la máquina narrativa de esta primera novela de Ale Díaz B., el relato avanza traccionado por una furia inestable que se lleva todo puesto. Parajes turísticos, rutas solitarias, caminos de tierra, pueblos fantasma. La historia es un coche que serpentea distintas sensibilidades: un final de fiesta prolongado, cuerpos que eclosionan en la tensión hedonista y erótica para alimentar ladinos monstruos de poder, lo inesperado como parte de un guión fractal. Dos personajes, que pueden ser cuatro o tres, que puede ser uno solo. A veces pareciera no haber un afuera y otras, domina la experiencia de la intemperie: nuevas interfaces sociales como planetas inhóspitos. Leer este libro tiene que ver con humo, cuerpos, banquina, coche, fantasmas, serpiente, fiestas, monstruos, sierras, furia inestable. Nos vemos al final del camino.