Habrá una vez. en una Buenos Aires que es ésta pero peor. tras un ya lejano Bicentenario apocalíptico en que los incendios y las bombas y las lluvias impiadosas transfigurarán el paisaje. los barrios y las cabezas de la gente; habrá una vez. digo tres amigos . _ _ Maglier las dicta Baudelaire. el caballero del verde tedio. señor del spleen.Tras el descenso ad ínferosque significó la excursión al Centro de la Tierra. el desmembrado trío protagónico vuleve por os vías diferentes a la superficie. Numerosos periplos los llevarán por todas las estaciones del misterio en una Buenos Aires fantasmal. hasta reencontrarse. Pero nada es tan fácil. nunca lo es. Para poder sentarse todos a la mesa de la máma de Abelev. habrá primero que matar y probablemente morirse. remar sangre arriba contra las fuerzas del mal. no tan ajenas en su equívoca perversidad. Pero contar una novela inextinguible como ésta exigiría romper la magia siempre renovada por el qué pasa y como sigue. Y Ricardo Romero pertenece a la raza de los narradores genuinos. los que no se merecen esa traición ni la perdonan. Baste decir. entonces. que El spleen de los muertoscuenta una batalla por o contra la melancolía. Pero que la guerra. una vez más. no ha terminado. Juan Sasturain

El spleen de los muertos - Ricardo Romera

$9.900
El spleen de los muertos - Ricardo Romera $9.900

Habrá una vez. en una Buenos Aires que es ésta pero peor. tras un ya lejano Bicentenario apocalíptico en que los incendios y las bombas y las lluvias impiadosas transfigurarán el paisaje. los barrios y las cabezas de la gente; habrá una vez. digo tres amigos . _ _ Maglier las dicta Baudelaire. el caballero del verde tedio. señor del spleen.Tras el descenso ad ínferosque significó la excursión al Centro de la Tierra. el desmembrado trío protagónico vuleve por os vías diferentes a la superficie. Numerosos periplos los llevarán por todas las estaciones del misterio en una Buenos Aires fantasmal. hasta reencontrarse. Pero nada es tan fácil. nunca lo es. Para poder sentarse todos a la mesa de la máma de Abelev. habrá primero que matar y probablemente morirse. remar sangre arriba contra las fuerzas del mal. no tan ajenas en su equívoca perversidad. Pero contar una novela inextinguible como ésta exigiría romper la magia siempre renovada por el qué pasa y como sigue. Y Ricardo Romero pertenece a la raza de los narradores genuinos. los que no se merecen esa traición ni la perdonan. Baste decir. entonces. que El spleen de los muertoscuenta una batalla por o contra la melancolía. Pero que la guerra. una vez más. no ha terminado. Juan Sasturain