“Cordwainer Smith” es el nombre que usó Paul Linebarger para firmar algunas de las páginas más notables de la ciencia ficción de todos los tiempos. Durante la Segunda Guerra Mundial ayudó a organizar uno de los primeros servicios de inteligencia de los Estados Unidos. En ese marco, escribió un manual de guerra psicológica porque pensaba que era mejor persuadir al enemigo que destruirlo. Adelantándose a otros, jugó con personajes como Rambo y James Bond, pero no los adoptó. Antes de asumir la identidad de “Cordwainer Smith” pasó por una profunda crisis que lo hizo asomar a la locura, pero logró salir indemne cuando ya estaba comenzando a arrastrar a su terapeuta.Aún seguía vinculado con el mundo del espionaje cuando puso todas sus dudas y sus sospechas en unas historias donde es posible descubrir a los hermanos Kennedy, a Martin Luther King, al movimiento por los derechos civiles y hasta a Marilyn Monroe.En casos como éste, la personalidad del autor es tanto o más fascinante que la obra. Esto hace que este libro no se agote en lo literario y se vea obligado a internarse en las complejidades de la conciencia.

El señor de la Tarde - Pablo Capanna

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“Cordwainer Smith” es el nombre que usó Paul Linebarger para firmar algunas de las páginas más notables de la ciencia ficción de todos los tiempos. Durante la Segunda Guerra Mundial ayudó a organizar uno de los primeros servicios de inteligencia de los Estados Unidos. En ese marco, escribió un manual de guerra psicológica porque pensaba que era mejor persuadir al enemigo que destruirlo. Adelantándose a otros, jugó con personajes como Rambo y James Bond, pero no los adoptó. Antes de asumir la identidad de “Cordwainer Smith” pasó por una profunda crisis que lo hizo asomar a la locura, pero logró salir indemne cuando ya estaba comenzando a arrastrar a su terapeuta.Aún seguía vinculado con el mundo del espionaje cuando puso todas sus dudas y sus sospechas en unas historias donde es posible descubrir a los hermanos Kennedy, a Martin Luther King, al movimiento por los derechos civiles y hasta a Marilyn Monroe.En casos como éste, la personalidad del autor es tanto o más fascinante que la obra. Esto hace que este libro no se agote en lo literario y se vea obligado a internarse en las complejidades de la conciencia.