Lila Gianelloni tiene la infrecuente virtud de iluminar con un resplandor singular —inconfundiblemente suyo— todo lo que cuenta. La mirada que echa sobre el mundo que la rodea, la agudeza con que ahonda en las relaciones familiares y de amistad —o de in-amistad—, la voz engañosamente calma con que nos comunica ese mundo y esos vínculos, hacen que cada hecho narrado, por mínimo que parezca, nos sorprenda y nos cautive. ¿Se puede descubrir dignidad en una gallina?, ¿rastrear cierta escondida trama familiar detrás de una muñeca a la que le faltan los ojos? Lila lo consigue. Sin estridencias, nos hace experimentar el miedo, o la nostalgia, o la desolación, o la crueldad, o la profunda humanidad que anida en cada una de sus historias, de una manera tan potente que calan hondo en nosotros y nos dejan ese sabor perdurable que solo ciertos escritos privilegiados son capaces dejar. Intensos, sutiles, bellos, estos catorce cuentos ratifican lo que ya se percibía en Mapamundi, el primer e inolvidable libro de Lila Gianelloni: nos encontramos ante una escritora única; leerla provoca una intranquila felicidad. Liliana Heker Lila Gianelloni tiene la infrecuente virtud de iluminar con un resplandor singular —inconfundiblemente suyo— todo lo que cuenta. La mirada que echa sobre el mundo que la rodea, la agudeza con que ahonda en las relaciones familiares y de amistad —o de in-amistad—, la voz engañosamente calma con que nos comunica ese mundo y esos vínculos, hacen que cada hecho narrado, por mínimo que parezca, nos sorprenda y nos cautive. ¿Se puede descubrir dignidad en una gallina?, ¿rastrear cierta escondida trama familiar detrás de una muñeca a la que le faltan los ojos? Lila lo consigue. Sin estridencias, nos hace experimentar el miedo, o la nostalgia, o la desolación, o la crueldad, o la profunda humanidad que anida en cada una de sus historias, de una manera tan potente que calan hondo en nosotros y nos dejan ese sabor perdurable que solo ciertos escritos privilegiados son capaces dejar. Intensos, sutiles, bellos, estos catorce cuentos ratifican lo que ya se percibía en Mapamundi, el primer e inolvidable libro de Lila Gianelloni: nos encontramos ante una escritora única; leerla provoca una intranquila felicidad.

Camino a casa - Lila Gianelloni

$9.500
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Lila Gianelloni tiene la infrecuente virtud de iluminar con un resplandor singular —inconfundiblemente suyo— todo lo que cuenta. La mirada que echa sobre el mundo que la rodea, la agudeza con que ahonda en las relaciones familiares y de amistad —o de in-amistad—, la voz engañosamente calma con que nos comunica ese mundo y esos vínculos, hacen que cada hecho narrado, por mínimo que parezca, nos sorprenda y nos cautive. ¿Se puede descubrir dignidad en una gallina?, ¿rastrear cierta escondida trama familiar detrás de una muñeca a la que le faltan los ojos? Lila lo consigue. Sin estridencias, nos hace experimentar el miedo, o la nostalgia, o la desolación, o la crueldad, o la profunda humanidad que anida en cada una de sus historias, de una manera tan potente que calan hondo en nosotros y nos dejan ese sabor perdurable que solo ciertos escritos privilegiados son capaces dejar. Intensos, sutiles, bellos, estos catorce cuentos ratifican lo que ya se percibía en Mapamundi, el primer e inolvidable libro de Lila Gianelloni: nos encontramos ante una escritora única; leerla provoca una intranquila felicidad. Liliana Heker Lila Gianelloni tiene la infrecuente virtud de iluminar con un resplandor singular —inconfundiblemente suyo— todo lo que cuenta. La mirada que echa sobre el mundo que la rodea, la agudeza con que ahonda en las relaciones familiares y de amistad —o de in-amistad—, la voz engañosamente calma con que nos comunica ese mundo y esos vínculos, hacen que cada hecho narrado, por mínimo que parezca, nos sorprenda y nos cautive. ¿Se puede descubrir dignidad en una gallina?, ¿rastrear cierta escondida trama familiar detrás de una muñeca a la que le faltan los ojos? Lila lo consigue. Sin estridencias, nos hace experimentar el miedo, o la nostalgia, o la desolación, o la crueldad, o la profunda humanidad que anida en cada una de sus historias, de una manera tan potente que calan hondo en nosotros y nos dejan ese sabor perdurable que solo ciertos escritos privilegiados son capaces dejar. Intensos, sutiles, bellos, estos catorce cuentos ratifican lo que ya se percibía en Mapamundi, el primer e inolvidable libro de Lila Gianelloni: nos encontramos ante una escritora única; leerla provoca una intranquila felicidad.