Cambiá los lugares donde ocurren los hechos, ubicálos en el Oeste o el Norte de Buenos Aires y verás que son y no son lo mismo. El conurbano Sur genera contraseñas propia. Sutiles y a la vez profundas. Si te criaste y/o creciste ahí, sigas viviendo o hayas emigrado, tu identidad siempre sigues siendo de ahí.

Ese espíritu rescata de Pablo Strozza a través de varios personajes emblemáticos de su rock y de un colectivo de jóvenes sin edad que en los 80 y los 90 dejaron infectar sus almas por esa mística compinche.

Y los describe a lo Tolstoi: sus historiales, sus encuentros callejeros, sus largas escuchadas y desmenuzadas de LPs, sus derivas por boliches, sus interminables charlas sobre la metafísica hardcore del rock argento, pintan en ellos un arquetipo universal: esa cuestión de vida o nada que trasciende el rock como fenómeno musical y crea un espécimen de ser marcado a fuego.

La leyenda puede llevarlos desde la supra valoración de lo efímero en un tema de un grupo desconocido hasta el arrodillarse a manos unidas ante un hit mainstream. Pero en todos los escritos, y ahí estriba la clave de su mirada, rescata esa llamarada que arde en el rock antes de volverse espectáculo. Ese sustrato sanguíneo que solo algunas plumas viscerales logran captar. Prosa que abre tajos en cada párrafo. Cuente lo que cuente, donde otros pasan de largo, él encuentra sentido de redención.

Zona Sur deja como teloneros algunos diálogos con grandes de la escena internacional. El únder que se extiende más allá del Riachuelo es el ídolo y aspiracional de esta reunión.

Juan Carlos Kreimer

Zona Sur - Pablo Strozza

$18.000
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Cambiá los lugares donde ocurren los hechos, ubicálos en el Oeste o el Norte de Buenos Aires y verás que son y no son lo mismo. El conurbano Sur genera contraseñas propia. Sutiles y a la vez profundas. Si te criaste y/o creciste ahí, sigas viviendo o hayas emigrado, tu identidad siempre sigues siendo de ahí.

Ese espíritu rescata de Pablo Strozza a través de varios personajes emblemáticos de su rock y de un colectivo de jóvenes sin edad que en los 80 y los 90 dejaron infectar sus almas por esa mística compinche.

Y los describe a lo Tolstoi: sus historiales, sus encuentros callejeros, sus largas escuchadas y desmenuzadas de LPs, sus derivas por boliches, sus interminables charlas sobre la metafísica hardcore del rock argento, pintan en ellos un arquetipo universal: esa cuestión de vida o nada que trasciende el rock como fenómeno musical y crea un espécimen de ser marcado a fuego.

La leyenda puede llevarlos desde la supra valoración de lo efímero en un tema de un grupo desconocido hasta el arrodillarse a manos unidas ante un hit mainstream. Pero en todos los escritos, y ahí estriba la clave de su mirada, rescata esa llamarada que arde en el rock antes de volverse espectáculo. Ese sustrato sanguíneo que solo algunas plumas viscerales logran captar. Prosa que abre tajos en cada párrafo. Cuente lo que cuente, donde otros pasan de largo, él encuentra sentido de redención.

Zona Sur deja como teloneros algunos diálogos con grandes de la escena internacional. El únder que se extiende más allá del Riachuelo es el ídolo y aspiracional de esta reunión.

Juan Carlos Kreimer