A través del hostigamiento las policías contribuyen no sólo a identificar negativamente a estos jóvenes sino que, en algunos casos, perfilan trayectorias biográficas transgresoras. Esto es, gran parte de las transgresiones juveniles se explican también en el hostigamiento policial, lo que los jóvenes suelen llamar verdugueo. El hostigamiento empuja a muchos jóvenes hacia una cultura de la dureza hecha de vandalismos y transgresiones menores que terminan reproduciendo malentendidos entre las diferentes generaciones en sus barrios, en las escuelas, con otros grupos de pares. Pero a través del hostigamiento, las policías ejercen un castigo anticipado. Con este libro queremos proponer una mirada más compleja no sólo de las policías sino de sus prácticas. Tratar de leerlas sin quedar cautivos de la retórica de los derechos humanos que, cuando abordan la violencia con la lógica víctima-victimario, pierden de vista lógicas y dinámicas de una práctica relacional y situada, organizada según determinados ritos con criterios distintos que fueron elaborando individual o colectivamente para orientarse en ellas. Pero al mismo tiempo, al reponer el carácter relacional de la violencia, queremos devolverles la capacidad de agencia a los jóvenes, para entender hasta qué punto esas mismas resistencias, algunas veces, recrean las condiciones para la violencia policial.

YUTA El verdugueo policial desde la perspectiva juvenil - AAVV

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A través del hostigamiento las policías contribuyen no sólo a identificar negativamente a estos jóvenes sino que, en algunos casos, perfilan trayectorias biográficas transgresoras. Esto es, gran parte de las transgresiones juveniles se explican también en el hostigamiento policial, lo que los jóvenes suelen llamar verdugueo. El hostigamiento empuja a muchos jóvenes hacia una cultura de la dureza hecha de vandalismos y transgresiones menores que terminan reproduciendo malentendidos entre las diferentes generaciones en sus barrios, en las escuelas, con otros grupos de pares. Pero a través del hostigamiento, las policías ejercen un castigo anticipado. Con este libro queremos proponer una mirada más compleja no sólo de las policías sino de sus prácticas. Tratar de leerlas sin quedar cautivos de la retórica de los derechos humanos que, cuando abordan la violencia con la lógica víctima-victimario, pierden de vista lógicas y dinámicas de una práctica relacional y situada, organizada según determinados ritos con criterios distintos que fueron elaborando individual o colectivamente para orientarse en ellas. Pero al mismo tiempo, al reponer el carácter relacional de la violencia, queremos devolverles la capacidad de agencia a los jóvenes, para entender hasta qué punto esas mismas resistencias, algunas veces, recrean las condiciones para la violencia policial.