« Miguel Ángel Bustos reúne asombros y milagros... sin antecedentes en la poesía argentina, de un vuelo lírico poderoso y maduro, inesperado y tierno. Por la piel, a través de los muros y la sombra, el ángel de Miguel ha sacado su corazón instalándolo en la vida, en los hombres que la mueven, ha logrado la hazaña; tóquese esta poesía: su presencia es mágica y trae la felicidad.»

Juan Gelman

«El poeta es habitante de un mundo coloreado, rico en formas que parecerían indestructibles y en aconteceres que parecerían eternos. Y sin embargo, desconfía ya de aquella frágil perennidad, no tarda en descubrir su tramposa ilusión; y detrás de aquellas vistosas fantasmagorías comienza él a vislumbrar el mundo de los principios inmutables, la esfera de lo que no es perecedero ni transita ni se divide ni duele… Y el poeta recorrerá en adelante aquel “bosque de símbolos” que le habla en simulacro y en enigma, con lo cual empieza él a trazar de sí mismo la figura de un “místico en estado salvaje”.»

Leopoldo Marechal

Prólogo y notas de Emiliano Bustos - Con ilustraciones del autor y poemas de Juan Gelman

 

Visión de los hijos del mal - Miguel Ángel Bustos

$19.500
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Visión de los hijos del mal - Miguel Ángel Bustos $19.500

« Miguel Ángel Bustos reúne asombros y milagros... sin antecedentes en la poesía argentina, de un vuelo lírico poderoso y maduro, inesperado y tierno. Por la piel, a través de los muros y la sombra, el ángel de Miguel ha sacado su corazón instalándolo en la vida, en los hombres que la mueven, ha logrado la hazaña; tóquese esta poesía: su presencia es mágica y trae la felicidad.»

Juan Gelman

«El poeta es habitante de un mundo coloreado, rico en formas que parecerían indestructibles y en aconteceres que parecerían eternos. Y sin embargo, desconfía ya de aquella frágil perennidad, no tarda en descubrir su tramposa ilusión; y detrás de aquellas vistosas fantasmagorías comienza él a vislumbrar el mundo de los principios inmutables, la esfera de lo que no es perecedero ni transita ni se divide ni duele… Y el poeta recorrerá en adelante aquel “bosque de símbolos” que le habla en simulacro y en enigma, con lo cual empieza él a trazar de sí mismo la figura de un “místico en estado salvaje”.»

Leopoldo Marechal

Prólogo y notas de Emiliano Bustos - Con ilustraciones del autor y poemas de Juan Gelman