El tenor intempestivo de las escrituras autobiográficas estaba destinado a caer en la escritura de Alberto Giordano, que por años ha explorado el propio yo de su letra para resguardarse de las imposturas intelectuales pero, sobre todo, para no hacer pasar por trabajo crítico todo lo que en nuestros modos usuales del ensayo solemos desplegar para que se obture, se contenga o se nos escape el acontecimiento “literatura”.
En el mismo impulso de los libros anteriores del autor, Vida y obra es un tratado de las pasiones íntimas, un tratado de la intimidad como pasión: tomado por textos de Gabriela Liffschitz, Diego Meret, Inés Acevedo, Gabriela Massuh y Raúl Escari, textos que nuestros hábitos comerciales acopiarían en las taxonomías genéricas de la autobiografía o las autoficciones, Giordano -al tiempo que lo hace sobre sí- despliega una pesquisa de los momentos en que la pasión de lo íntimo es capaz de pasar en las palabras del que escribe y de volverlas refractarias y ajenas a toda domesticación civil, sociable o cultural. No sé cuántos otros críticos hayan llevado tan lejos -y de un modo tan severo, convincente y conmovedor- semejante ética de la literatura.


Miguel Dalmaroni

Vida y obra - Alberto Giordano

$18.550
Vida y obra - Alberto Giordano $18.550

El tenor intempestivo de las escrituras autobiográficas estaba destinado a caer en la escritura de Alberto Giordano, que por años ha explorado el propio yo de su letra para resguardarse de las imposturas intelectuales pero, sobre todo, para no hacer pasar por trabajo crítico todo lo que en nuestros modos usuales del ensayo solemos desplegar para que se obture, se contenga o se nos escape el acontecimiento “literatura”.
En el mismo impulso de los libros anteriores del autor, Vida y obra es un tratado de las pasiones íntimas, un tratado de la intimidad como pasión: tomado por textos de Gabriela Liffschitz, Diego Meret, Inés Acevedo, Gabriela Massuh y Raúl Escari, textos que nuestros hábitos comerciales acopiarían en las taxonomías genéricas de la autobiografía o las autoficciones, Giordano -al tiempo que lo hace sobre sí- despliega una pesquisa de los momentos en que la pasión de lo íntimo es capaz de pasar en las palabras del que escribe y de volverlas refractarias y ajenas a toda domesticación civil, sociable o cultural. No sé cuántos otros críticos hayan llevado tan lejos -y de un modo tan severo, convincente y conmovedor- semejante ética de la literatura.


Miguel Dalmaroni