De las Obras Completas de Sarmiento se han extraído, con motivo del cincuentenario de su muerte, varios libros de artículos en torno de un mismo tema o de una misma época. (…) El extraordinario autor de Facundo era, ante todo, un estupendo biógrafo en el sentido moderno de esta palabra, pues gustaba, según su propia confesión, contar las vidas más notables de sus contemporáneos en su aspecto humano. Por eso resulta verdaderamente extraño que a nadie se le ocurriese reunir hasta ahora, en un solo volumen, todas las páginas que Sarmiento dedicara, en distintas circunstancias, al general San Martín. ¿Acaso su primer artículo en la prensa chilena no trataba precisamente de la batalla de Chacabuco? La importancia de este ensayo y del que le siguió a las pocas semanas sobre la derrota de Cancha Rayada y la victoria final de Maipú, no dejó de recordársela a la nueva generación de su tiempo, el mismo autor, en su gloriosa vejez. Esta evocación constituye a nuestro juicio el mejor prólogo que puede ponerse al conjunto de sus páginas sobre San Martín.
Enrique Espinoza, del Prólogo (1939)

Vida de San Martín - Domingo F. Sarmiento

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De las Obras Completas de Sarmiento se han extraído, con motivo del cincuentenario de su muerte, varios libros de artículos en torno de un mismo tema o de una misma época. (…) El extraordinario autor de Facundo era, ante todo, un estupendo biógrafo en el sentido moderno de esta palabra, pues gustaba, según su propia confesión, contar las vidas más notables de sus contemporáneos en su aspecto humano. Por eso resulta verdaderamente extraño que a nadie se le ocurriese reunir hasta ahora, en un solo volumen, todas las páginas que Sarmiento dedicara, en distintas circunstancias, al general San Martín. ¿Acaso su primer artículo en la prensa chilena no trataba precisamente de la batalla de Chacabuco? La importancia de este ensayo y del que le siguió a las pocas semanas sobre la derrota de Cancha Rayada y la victoria final de Maipú, no dejó de recordársela a la nueva generación de su tiempo, el mismo autor, en su gloriosa vejez. Esta evocación constituye a nuestro juicio el mejor prólogo que puede ponerse al conjunto de sus páginas sobre San Martín.
Enrique Espinoza, del Prólogo (1939)