Este libro reúne trabajos que se proponen reflexionar sobre las universidades argentinas en la segunda mitad del siglo XX, etapa caracterizada por una “gran diversificación del sistema de educación superior”. El eje de estos aportes se coloca en la relación entre escala de observación y perspectiva del conocimiento, con lo cual se pretende superar los análisis centrados en aspectos institucionales. La prioridad de esta obra se focaliza en las interacciones, la circulación de personas (y saberes), las tensiones entre algunas casas de estudio, el despliegue de disciplinas en diferentes regiones y la articulación entre universidad, sociedad e instancias estatales. Los casos estudiados ponen de manifiesto la relevancia de explorar aquellas universidades más “jóvenes”, pero también la riqueza de cruzar y conectar esas trayectorias con las de otras más antiguas.