Tomás Schuliaquer acá inventó varias cosas. Inventó una forma de hablar y de narrar. Inventó una forma de mostrar al SXXI, extendidísimo y arrasado por las relaciones sexoafectivas que inoculan las redes sociales pero apenas delimitado por la pequeña porción de territorio que el protagonista riega de semen. Inventó al nene-macho, repulsivo pero tierno a la vez. Un nene-macho-tierno adicto a los alfajores helado. Inventó una nueva línea entre Puig y el presente, una línea viva y prometedora. Tomás Schuliaquer es un crack.

Felix Bruzzone

Una flor que allá no existe - Tomás Schuliaquer

$12.000
Una flor que allá no existe - Tomás Schuliaquer $12.000

Tomás Schuliaquer acá inventó varias cosas. Inventó una forma de hablar y de narrar. Inventó una forma de mostrar al SXXI, extendidísimo y arrasado por las relaciones sexoafectivas que inoculan las redes sociales pero apenas delimitado por la pequeña porción de territorio que el protagonista riega de semen. Inventó al nene-macho, repulsivo pero tierno a la vez. Un nene-macho-tierno adicto a los alfajores helado. Inventó una nueva línea entre Puig y el presente, una línea viva y prometedora. Tomás Schuliaquer es un crack.

Felix Bruzzone