Como no podía ser de otra forma, como lo hizo toda su vida, emergía de esos sueños con palabras deslumbrantes. En medio del dolor y el deterioro físico, la incapacidad, la pérdida, Fernando siguió ostentando su lengua salvaje, primigenia, su sintaxis loca, sus poemas musicales, su corazón de niño. Nunca dejó de escribir, cómo dejar de hacerlo. Con el lenguaje Fernando borraba (como dice en uno de estos poemas), pero también, o al mismo tiempo, jugaba, iluminaba, expandía. Algunos de los poemas que están acá me los leyó en voz alta en alguna visita a su casa. Algún que otro de estos poemas lo publicó él mismo en Facebook, pero a la gran mayoría no los conocía. Los leo por primera vez ahora que Gabo me los manda, casi a punto de cumplirse un año de su muerte. Poemas sobre sueños, sobre volverse viejo, sobre el sexo y el pasado, sobre los padres, sobre no aceptar el amor.
Sabía que su legado tenía que ser, iba a ser, de luz, por eso aunque abunde la pena, termina su libro con un poema luminoso. Tanto escribió Fernando, y tan hermoso, que hasta nos dejó en un par de versos las palabras para despedirlo: Pero vos pasás y ya sabemos todo, tus piernas no funcionan / y tu nave es tu deseo, hermoso joven triste que cruza el pantano / en su helicóptero raro. Te vamos a extrañar. Buen viaje!

Cecilia Moscovich

Un delicado temblor se coló como un ladrón en la naturaleza - Fernando Callero

$9.000
Un delicado temblor se coló como un ladrón en la naturaleza - Fernando Callero $9.000

Como no podía ser de otra forma, como lo hizo toda su vida, emergía de esos sueños con palabras deslumbrantes. En medio del dolor y el deterioro físico, la incapacidad, la pérdida, Fernando siguió ostentando su lengua salvaje, primigenia, su sintaxis loca, sus poemas musicales, su corazón de niño. Nunca dejó de escribir, cómo dejar de hacerlo. Con el lenguaje Fernando borraba (como dice en uno de estos poemas), pero también, o al mismo tiempo, jugaba, iluminaba, expandía. Algunos de los poemas que están acá me los leyó en voz alta en alguna visita a su casa. Algún que otro de estos poemas lo publicó él mismo en Facebook, pero a la gran mayoría no los conocía. Los leo por primera vez ahora que Gabo me los manda, casi a punto de cumplirse un año de su muerte. Poemas sobre sueños, sobre volverse viejo, sobre el sexo y el pasado, sobre los padres, sobre no aceptar el amor.
Sabía que su legado tenía que ser, iba a ser, de luz, por eso aunque abunde la pena, termina su libro con un poema luminoso. Tanto escribió Fernando, y tan hermoso, que hasta nos dejó en un par de versos las palabras para despedirlo: Pero vos pasás y ya sabemos todo, tus piernas no funcionan / y tu nave es tu deseo, hermoso joven triste que cruza el pantano / en su helicóptero raro. Te vamos a extrañar. Buen viaje!

Cecilia Moscovich