Como las cosas son

Ahora las cosas pasan más lentas que antes,

como una sangre que nunca llega al río

los pensamientos corren por calles iguales,

miran las mismas fotos, recuperan

las mismas piedras tropezadas dos veces.

El tiempo es así, y no hay manera de evitarlo,

o de ver claro mientras te ciega

la fuerza de la luz que golpea

como una correntada en la mitad del día.

Caer ascendiendo, como dijo Simone Weil,

eso querría, cerner la carne hasta volverla

harina de otro costal, alimento, hierba

para los caballos del sueño.

 

Últimos veraneantes de febrero - Sonia Scarabelli

$11.500
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Como las cosas son

Ahora las cosas pasan más lentas que antes,

como una sangre que nunca llega al río

los pensamientos corren por calles iguales,

miran las mismas fotos, recuperan

las mismas piedras tropezadas dos veces.

El tiempo es así, y no hay manera de evitarlo,

o de ver claro mientras te ciega

la fuerza de la luz que golpea

como una correntada en la mitad del día.

Caer ascendiendo, como dijo Simone Weil,

eso querría, cerner la carne hasta volverla

harina de otro costal, alimento, hierba

para los caballos del sueño.