Suerte de aleph borgiano con ecos del Prufrock de T. S. Elliot, todo parece caber en este nuevo libro de poemas de Fabián Casas: el amor, el rencor, la paternidad, la angustia, los tranquilizantes, los celos, el deseo, el paso del tiempo, la impermanencia de las cosas, la filosofía de Nietzsche y de Kierkegaard, el clonazepam, el matrimonio, el fin del matrimonio, el cine de Cronenberg y de Kaurismäki, la meditación, la poesía de Donne y de Pound, el humor, las canciones de los Beatles y de José Luis Perales, la soledad…
Como dice un poema al hablar de Aki Kaurismäki, cada línea tiene un sentido profundo y vertical en su sencillez. Con una conciencia de sí y del mundo exacerbada, de a ratos compasiva y en otros feroz, Últimos poemas en Prozac traza el derrotero de una separación y el viaje tentativo del dolor a la redención, que llega de la mano de la farmacéutica, de la sabiduría budista, del amor filial y de la poesía, ese instrumento a medida que Casas fabrica para procesar la experiencia del dolor y transformarla en pura belleza.

Últimos poemas en Prozac - Fabián Casas

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Suerte de aleph borgiano con ecos del Prufrock de T. S. Elliot, todo parece caber en este nuevo libro de poemas de Fabián Casas: el amor, el rencor, la paternidad, la angustia, los tranquilizantes, los celos, el deseo, el paso del tiempo, la impermanencia de las cosas, la filosofía de Nietzsche y de Kierkegaard, el clonazepam, el matrimonio, el fin del matrimonio, el cine de Cronenberg y de Kaurismäki, la meditación, la poesía de Donne y de Pound, el humor, las canciones de los Beatles y de José Luis Perales, la soledad…
Como dice un poema al hablar de Aki Kaurismäki, cada línea tiene un sentido profundo y vertical en su sencillez. Con una conciencia de sí y del mundo exacerbada, de a ratos compasiva y en otros feroz, Últimos poemas en Prozac traza el derrotero de una separación y el viaje tentativo del dolor a la redención, que llega de la mano de la farmacéutica, de la sabiduría budista, del amor filial y de la poesía, ese instrumento a medida que Casas fabrica para procesar la experiencia del dolor y transformarla en pura belleza.