¿Puede un territorio inhóspito y duro, pero también lleno de singular belleza como la Tierra del fin del mundo, ser refugio de seres con las almas estragadas? Al museo de cetáceos que funciona en ese lugar arriba Juana, una joven estudiante de biología que va a realizar una pasantía, dejando en su lugar de origen una oscura relación amorosa que la tiene constantemente en vilo, un trabajo sin definición y una carrera a medio hacer. La Isla Grande de Tierra del Fuego se vuelve para ella un lugar en el espacio y el tiempo donde se produce una pausa en todo lo que la atormentaba. Allí se encuentra con personas que persiguen objetivos en común y a su vez son singulares, tal como en una manada animal. Esa interrelación da lugar a situaciones extrañas, oníricas, extremas y hermosas.

Juana  se encuentra en un mundo muy diferente del que proviene, donde las mujeres son menospreciadas, maltratadas y asesinadas, donde se simula igualdad en los ámbitos laborales y académicos, pero en la realidad los varones sostienen y reproducen sus privilegios. En la Tierra del Fuego, las mujeres toman decisiones, hacen trabajos pesados y delicados al mismo tiempo y construyen conocimiento. Las lideresas de esos matriarcados terminan pagando un precio por ser libres. El aislamiento y las condiciones agrestes llevan a la exacerbación de los instintos básicos de supervivencia, en donde son las mujeres quienes se unen y organizan bajo acuerdos y reglas naturales.

En Tierra del Fuego, hay un relato dinámico, incesante, de un presente en contacto con el territorio natural, salvaje y desnudo, rodeado de conocimiento que se construye y se convierte en académico cuando sale de la isla y llega a espacios de poder. Y este relato a su vez corre a la par de crónicas del pasado, sombrías, perturbadoras, que nos muestran el carácter humano de los científicos haciéndolos tangibles, revelando sus virtudes y miserias.

Con estos elementos como base argumental, Julieta Antonelli produce un relato que mantiene la atención del lector en una hoja de ruta impredecible, un diario de viaje como derrotero de experiencias profundas y significativas. Con una prosa amena y encantadora en la que intercala información científica con una “mística salvaje”, va presentando a los personajes como protagonistas de sus propias historias de angustia, amor, traiciones y tristezas; hasta que transcurre el período de estudio como un sueño y cada uno retorna a su terruño, lo que desemboca en un final inesperado.

 

Tierra del fuego - Julieta Antonelli

$18.000
Tierra del fuego - Julieta Antonelli $18.000

¿Puede un territorio inhóspito y duro, pero también lleno de singular belleza como la Tierra del fin del mundo, ser refugio de seres con las almas estragadas? Al museo de cetáceos que funciona en ese lugar arriba Juana, una joven estudiante de biología que va a realizar una pasantía, dejando en su lugar de origen una oscura relación amorosa que la tiene constantemente en vilo, un trabajo sin definición y una carrera a medio hacer. La Isla Grande de Tierra del Fuego se vuelve para ella un lugar en el espacio y el tiempo donde se produce una pausa en todo lo que la atormentaba. Allí se encuentra con personas que persiguen objetivos en común y a su vez son singulares, tal como en una manada animal. Esa interrelación da lugar a situaciones extrañas, oníricas, extremas y hermosas.

Juana  se encuentra en un mundo muy diferente del que proviene, donde las mujeres son menospreciadas, maltratadas y asesinadas, donde se simula igualdad en los ámbitos laborales y académicos, pero en la realidad los varones sostienen y reproducen sus privilegios. En la Tierra del Fuego, las mujeres toman decisiones, hacen trabajos pesados y delicados al mismo tiempo y construyen conocimiento. Las lideresas de esos matriarcados terminan pagando un precio por ser libres. El aislamiento y las condiciones agrestes llevan a la exacerbación de los instintos básicos de supervivencia, en donde son las mujeres quienes se unen y organizan bajo acuerdos y reglas naturales.

En Tierra del Fuego, hay un relato dinámico, incesante, de un presente en contacto con el territorio natural, salvaje y desnudo, rodeado de conocimiento que se construye y se convierte en académico cuando sale de la isla y llega a espacios de poder. Y este relato a su vez corre a la par de crónicas del pasado, sombrías, perturbadoras, que nos muestran el carácter humano de los científicos haciéndolos tangibles, revelando sus virtudes y miserias.

Con estos elementos como base argumental, Julieta Antonelli produce un relato que mantiene la atención del lector en una hoja de ruta impredecible, un diario de viaje como derrotero de experiencias profundas y significativas. Con una prosa amena y encantadora en la que intercala información científica con una “mística salvaje”, va presentando a los personajes como protagonistas de sus propias historias de angustia, amor, traiciones y tristezas; hasta que transcurre el período de estudio como un sueño y cada uno retorna a su terruño, lo que desemboca en un final inesperado.