Diferente de otros escritores, el autor dramático crea sus obras desde un singular impulso transformista. Lo dijo Nietzsche mejor que ninguno: "Impulsado a verse a sí mismo metamorfoseado ante sí y obrando como si realmente viviese en otro cuerpo y con otro carácter". Notable paradoja: alguien que encarna un cuerpo ajeno y mantiene entre tanto sobre el dúo una tercera mirada distanciada. Un prodigio que en su dificultad permite entender quizá por qué tanta gente en el mundo intenta escribir teatro pero hay, sin embargo, tan pocos dramaturgos. Pocas piezas pueden mostrar mejor hoy aquí semejante alarde creador como éstas de Santiago Loza. Voces de tal carnadura, imágenes de tal poderosa densidad que evocan, convocan, ya desde su lectura, a esos cuerpos ausentes, los ponen en carne, en soporte frente a los ojos. Y una vez allí significan. Textos para ponerse. De eso se trata entre otras cosas la escritura teatral. Estas obras, estos personajes, estoy convencido, pasarán por multitud de cuerpos, de uno en otro durante mucho tiempo. No es puro augurio formal. Cualquiera que las lea lo entenderá: presencias vivas más ideas perturbadoras. Aleación artística perdurable como hay pocas. MAURICIO KARTUN 

Textos reunidos - Santiago Loza

$19.200
Textos reunidos - Santiago Loza $19.200

Diferente de otros escritores, el autor dramático crea sus obras desde un singular impulso transformista. Lo dijo Nietzsche mejor que ninguno: "Impulsado a verse a sí mismo metamorfoseado ante sí y obrando como si realmente viviese en otro cuerpo y con otro carácter". Notable paradoja: alguien que encarna un cuerpo ajeno y mantiene entre tanto sobre el dúo una tercera mirada distanciada. Un prodigio que en su dificultad permite entender quizá por qué tanta gente en el mundo intenta escribir teatro pero hay, sin embargo, tan pocos dramaturgos. Pocas piezas pueden mostrar mejor hoy aquí semejante alarde creador como éstas de Santiago Loza. Voces de tal carnadura, imágenes de tal poderosa densidad que evocan, convocan, ya desde su lectura, a esos cuerpos ausentes, los ponen en carne, en soporte frente a los ojos. Y una vez allí significan. Textos para ponerse. De eso se trata entre otras cosas la escritura teatral. Estas obras, estos personajes, estoy convencido, pasarán por multitud de cuerpos, de uno en otro durante mucho tiempo. No es puro augurio formal. Cualquiera que las lea lo entenderá: presencias vivas más ideas perturbadoras. Aleación artística perdurable como hay pocas. MAURICIO KARTUN