Se puede considerar indudable mérito de Occidente el haber comenzado a reflexionar sobre los distintos temas del arte y la poética ya con los presocráticos, y definido, en el año 1750, un cuerpo teórico sistemático al que Baumgarten denominó Estética, afirmándolo como una rama legítima de la filosofía. Sin embargo, dicha civilización no aprovechó tan notable ventaja para avanzar hacia una teoría universal, confrontando sus conceptos y modelos con los de otros pueblos. Prefirió imponerlos como un discurso único, que no sirvió por lo común para comprender la producción simbólica ajena, sino para oscurecerla, para borrar o devaluar los sentidos que los otros habían construido a lo largo de una historia a menudo milenaria.
Frente a tal fracaso, queda a cargo de la "periferia" el desafío de elaborar una teoría transcultural del arte, en la que la Estética configura apenas un punto de partida, dado el carácter transdisciplinario de dicha búsqueda.
Adolfo Colombres intenta en esta obra proporcionar no un pensamiento acabado que cada cultura deba tomar o dejar, sino contribuir a esclarecer las múltiples piezas de este gran mosaico, con algunas de las opciones que se pueden ejercer dentro de cada ámbito, las que al resolverse, sea en el plano de lo estético como de lo artístico, irán dando forma a una concepción propia, en camino hacia un pensamiento visual independiente.

Teoría transcultural del arte - Adolfo Colombres

$20.400
Teoría transcultural del arte - Adolfo Colombres $20.400

Se puede considerar indudable mérito de Occidente el haber comenzado a reflexionar sobre los distintos temas del arte y la poética ya con los presocráticos, y definido, en el año 1750, un cuerpo teórico sistemático al que Baumgarten denominó Estética, afirmándolo como una rama legítima de la filosofía. Sin embargo, dicha civilización no aprovechó tan notable ventaja para avanzar hacia una teoría universal, confrontando sus conceptos y modelos con los de otros pueblos. Prefirió imponerlos como un discurso único, que no sirvió por lo común para comprender la producción simbólica ajena, sino para oscurecerla, para borrar o devaluar los sentidos que los otros habían construido a lo largo de una historia a menudo milenaria.
Frente a tal fracaso, queda a cargo de la "periferia" el desafío de elaborar una teoría transcultural del arte, en la que la Estética configura apenas un punto de partida, dado el carácter transdisciplinario de dicha búsqueda.
Adolfo Colombres intenta en esta obra proporcionar no un pensamiento acabado que cada cultura deba tomar o dejar, sino contribuir a esclarecer las múltiples piezas de este gran mosaico, con algunas de las opciones que se pueden ejercer dentro de cada ámbito, las que al resolverse, sea en el plano de lo estético como de lo artístico, irán dando forma a una concepción propia, en camino hacia un pensamiento visual independiente.