Mientras las pérdidas se mastican, los doce cuentos y un manifiesto de Suave es el relincho exploran la hermandad, la niñez y el trabajo. Si de la polvareda, un águila dispara vuelo por un estruendo o si resuena un jondo flamenco en una esquina de bar, los giros del dolor, a destajo de las crisis y la deriva, son apaciguados en la intimidad del cuarto propio, la escritura del diario, la vista sobre las casuarinas.

En estos relatos, cuando a los personajes se les tensa la mandíbula, intentan subvertir los órdenes y ante los escombros y la niebla, relinchan sus mensajes. Hay quienes sienten la culpa y el horror, y existen aquí cuerpos que cogotean y se zarandean para desobedecer, con la mirada puesta en el gesto, los pies o un dedo.

Página Blanca Casa Editora presenta el primer libro de Valeria Pujol Buch con ilustraciones de Sol Severi, escrito en voz alta y en mayúsculas con la potencia de las historias breves, el sonido del viento y el perfume de los jacintos, tras la humareda y la voz de Joan Báez.

Suave es el relincho - Valeria Pujol Buch

$14.000
Suave es el relincho - Valeria Pujol Buch $14.000

Mientras las pérdidas se mastican, los doce cuentos y un manifiesto de Suave es el relincho exploran la hermandad, la niñez y el trabajo. Si de la polvareda, un águila dispara vuelo por un estruendo o si resuena un jondo flamenco en una esquina de bar, los giros del dolor, a destajo de las crisis y la deriva, son apaciguados en la intimidad del cuarto propio, la escritura del diario, la vista sobre las casuarinas.

En estos relatos, cuando a los personajes se les tensa la mandíbula, intentan subvertir los órdenes y ante los escombros y la niebla, relinchan sus mensajes. Hay quienes sienten la culpa y el horror, y existen aquí cuerpos que cogotean y se zarandean para desobedecer, con la mirada puesta en el gesto, los pies o un dedo.

Página Blanca Casa Editora presenta el primer libro de Valeria Pujol Buch con ilustraciones de Sol Severi, escrito en voz alta y en mayúsculas con la potencia de las historias breves, el sonido del viento y el perfume de los jacintos, tras la humareda y la voz de Joan Báez.