«“Es un verdadero milagro que cualquier persona viva siquiera un minuto”, dice Jennifer Croft, que es –entre otras cosas– traductora. Jennifer Croft escribe Serpientes y escaleras en castellano. Y después, en inglés, escribe otra novela que se llama Homesick. Son dos obras distintas, independientes, pero también, en cierto modo, gemelas: singularidades surgidas del mismo parto. Nacidas en el momento en que la traductora Jennifer Croft le abre paso a la escritora Jennifer Croft y también a la fotógrafa Jennifer Croft.

En este libro Jennifer Croft escribe a Amy, una niña genio de Oklahoma que intenta sobreponerse al hecho de que la vida ha decidido llenarla de gracia mientras que sobre su hermana Zoe, apenas menor, recae un compendio de desgracias. Amy deja de ir a la escuela por la salud de su hermana y empieza a estudiar ruso. Amy entra a la universidad a los quince. Amy viaja por el mundo y termina en Buenos Aires, escribiendo en español para su hermana: “Acabo de darme cuenta de que todos esos idiomas secretos, más todos los idiomas que estudié después –huí de casa para ir a aprenderlos, escondiendo mis orígenes, mi acento, mi identidad–, eran para decirte eso, algo que ya vivía adentro de los nombres que nos dieron”.

Serpientes y escaleras es una novela escrita con precisión, sin artificiosidad, con dolor y con amor. Jennifer Croft consigue darle a la palabra la contundencia de la fotografía, implacable, definitiva, eterna.»

Romina Paula

 

Serpientes y escaleras - Jennifer Croft

$19.000
Serpientes y escaleras - Jennifer Croft $19.000

«“Es un verdadero milagro que cualquier persona viva siquiera un minuto”, dice Jennifer Croft, que es –entre otras cosas– traductora. Jennifer Croft escribe Serpientes y escaleras en castellano. Y después, en inglés, escribe otra novela que se llama Homesick. Son dos obras distintas, independientes, pero también, en cierto modo, gemelas: singularidades surgidas del mismo parto. Nacidas en el momento en que la traductora Jennifer Croft le abre paso a la escritora Jennifer Croft y también a la fotógrafa Jennifer Croft.

En este libro Jennifer Croft escribe a Amy, una niña genio de Oklahoma que intenta sobreponerse al hecho de que la vida ha decidido llenarla de gracia mientras que sobre su hermana Zoe, apenas menor, recae un compendio de desgracias. Amy deja de ir a la escuela por la salud de su hermana y empieza a estudiar ruso. Amy entra a la universidad a los quince. Amy viaja por el mundo y termina en Buenos Aires, escribiendo en español para su hermana: “Acabo de darme cuenta de que todos esos idiomas secretos, más todos los idiomas que estudié después –huí de casa para ir a aprenderlos, escondiendo mis orígenes, mi acento, mi identidad–, eran para decirte eso, algo que ya vivía adentro de los nombres que nos dieron”.

Serpientes y escaleras es una novela escrita con precisión, sin artificiosidad, con dolor y con amor. Jennifer Croft consigue darle a la palabra la contundencia de la fotografía, implacable, definitiva, eterna.»

Romina Paula