En un mundo asqueado hasta de sí mismo, que la poesia se sostenga se debe a que son suyos el derecho y la habilidad de reconstituirlo. Esta habilidad, que a menudo puede ser "mal dolienta, asquerosa y efectiva", también es la única en condiclones de "dar testimonio/del silencio, de las piedras,/ de las plantas, la mugre/entre los espacios". Que es casi como decir:

no se escribe para escapar de aquello que nos rodea, sino para preservar y expandir lo que hay ahí de habitable.

Mariana Spada

Compartiendo fecha junto a Doña María y Tonolec, con la presencia escénica y la potencia en la voz del Steve Perry solista cantando Oh Sherrie y en banda y junto a Journey haciendo Don't stop believin; la música de Dolo Trenzadora ilumina la noche como las luces de un bar o ese sol ausente para quienes se encuentran privadas y privados de su libertad, ese sol y esos rayos que se anhelan volver a sentir tanto como cada encuentro amoroso entre sus kuperiguayas.

Oriunda de Elsieland, Dolo escribe a 2/20 aún enchufada al Electric Circus de su Quilmes natal, ese Quilmes nación guarani; boliche en el que a lo largo de una larga noche -mientras se le da un segundo sorbo al trago y se lo saborea- se concluye que la poesía es recordar un sonido. Y que, como lo que se está bebiendo, la poesía también es algo que puede derramarse. Rituales a la hora de ir a bailar. Rituales a la hora de dar un show. Rituales a la hora de hacer un gualicho. Y de romperlo.

Si, ya lo sabemos.

Dolo es una poeta y cantante única. Y Steve Perry también es paraguayo.

Leo Oyola

Se rompe el gualicho - Dolo Trenzadora

$17.000
Se rompe el gualicho - Dolo Trenzadora $17.000

En un mundo asqueado hasta de sí mismo, que la poesia se sostenga se debe a que son suyos el derecho y la habilidad de reconstituirlo. Esta habilidad, que a menudo puede ser "mal dolienta, asquerosa y efectiva", también es la única en condiclones de "dar testimonio/del silencio, de las piedras,/ de las plantas, la mugre/entre los espacios". Que es casi como decir:

no se escribe para escapar de aquello que nos rodea, sino para preservar y expandir lo que hay ahí de habitable.

Mariana Spada

Compartiendo fecha junto a Doña María y Tonolec, con la presencia escénica y la potencia en la voz del Steve Perry solista cantando Oh Sherrie y en banda y junto a Journey haciendo Don't stop believin; la música de Dolo Trenzadora ilumina la noche como las luces de un bar o ese sol ausente para quienes se encuentran privadas y privados de su libertad, ese sol y esos rayos que se anhelan volver a sentir tanto como cada encuentro amoroso entre sus kuperiguayas.

Oriunda de Elsieland, Dolo escribe a 2/20 aún enchufada al Electric Circus de su Quilmes natal, ese Quilmes nación guarani; boliche en el que a lo largo de una larga noche -mientras se le da un segundo sorbo al trago y se lo saborea- se concluye que la poesía es recordar un sonido. Y que, como lo que se está bebiendo, la poesía también es algo que puede derramarse. Rituales a la hora de ir a bailar. Rituales a la hora de dar un show. Rituales a la hora de hacer un gualicho. Y de romperlo.

Si, ya lo sabemos.

Dolo es una poeta y cantante única. Y Steve Perry también es paraguayo.

Leo Oyola