¿Se puede reducir el programa del arte contemporáneo a un repertorio de significados? Entre la obra, si aún hubiera una, y el público, prolifera una masa verbal que no es otra cosa que ideología. Jorge Gumier Maier, ya en los años noventa, se manifestaba hastiado del lenguaje impostado de las ciencias sociales que se usaba para escribir sobre arte. “El artista puede dejar de pintar, o dejar de hacer exhibiciones, pero no puede dejar de escribir gacetillas de prensa”, reflexiona el autor de Rubias teñidas en un tono donde si bien impera el humor no deja de escucharse el acento de la polémica. Federico Klemm fue, además de la cara visible de la popularización del arte contemporáneo en la Argentina, mecenas, artista y molde de personajes. Marisa Rubio, por la matriz compositiva de su trabajo, convirtió la identidad en una forma inestable y abismada. Por medio de dos figuras, tanto en el sentido de personalidades destacadas como de formas retóricas, los ensayos de Claudio Iglesias reconstruyen una época y el modo en que el arte y los artistas se convirtieron en marcas de sentido para un mercado de subjetividades.                                                                                                                                                                                                                                                                                   

Daniel Gigena

Rubias teñidas - Claudio Iglesias

$8.800
Rubias teñidas - Claudio Iglesias $8.800

¿Se puede reducir el programa del arte contemporáneo a un repertorio de significados? Entre la obra, si aún hubiera una, y el público, prolifera una masa verbal que no es otra cosa que ideología. Jorge Gumier Maier, ya en los años noventa, se manifestaba hastiado del lenguaje impostado de las ciencias sociales que se usaba para escribir sobre arte. “El artista puede dejar de pintar, o dejar de hacer exhibiciones, pero no puede dejar de escribir gacetillas de prensa”, reflexiona el autor de Rubias teñidas en un tono donde si bien impera el humor no deja de escucharse el acento de la polémica. Federico Klemm fue, además de la cara visible de la popularización del arte contemporáneo en la Argentina, mecenas, artista y molde de personajes. Marisa Rubio, por la matriz compositiva de su trabajo, convirtió la identidad en una forma inestable y abismada. Por medio de dos figuras, tanto en el sentido de personalidades destacadas como de formas retóricas, los ensayos de Claudio Iglesias reconstruyen una época y el modo en que el arte y los artistas se convirtieron en marcas de sentido para un mercado de subjetividades.                                                                                                                                                                                                                                                                                   

Daniel Gigena