La caída es insoportable. Arden las heridas de bala, desespera la soledad, se subleva la sangre que reclama cocaína, poxirrán y pastillas. ¿Y ahora? Tras las rejas, las voces de otros pibes quieren captarlo para uno de los dos bandos enemigos que manejan el instituto de menores. Todos han visto su caso en la tele: vinculado a un secuestro, es ya una leyenda. Mal presagio. La gravedad de la acusación prevé años de cárcel y el Rengo yeta deberá aprender rápidamente sus códigos: jamás demostrar miedo, atacar antes de defenderse, ser macho. La enfermería en la que lo ubican es una extraña isla adonde llega atenuada la agonía de los pabellones. Pero cuando arriben un par de adolescentes de clase alta, la desigualdad y la injusticia le provocarán tal shock que amenazará con su desintegración emocional. Si en El niño resentido César González desplegaba la impetuosa fortaleza de una infancia en la villa, en su segunda novela autobiográfica retoma la narración para sumergirnos en el hueco que separa la calle del encierro. La vida de la muerte.

 

«Este es un libro que cuenta el fin de la infancia villera sobre la acribillada carne de su protagonista. A veces no sé cómo César ha sobrevivido a tantas violencias —empezando por la estatal—, pero sé que lo hizo para alzar su voz, cual ave fénix tumbera, y traernos este relato descarnado de lo que nunca debe volver a repetirse. Y sí, la educación artística salva y empodera también esas vidas que muchos todavía considerarían despreciables».
Dolores Reyes

Rengo yeta - César González

$22.999
Rengo yeta - César González $22.999

La caída es insoportable. Arden las heridas de bala, desespera la soledad, se subleva la sangre que reclama cocaína, poxirrán y pastillas. ¿Y ahora? Tras las rejas, las voces de otros pibes quieren captarlo para uno de los dos bandos enemigos que manejan el instituto de menores. Todos han visto su caso en la tele: vinculado a un secuestro, es ya una leyenda. Mal presagio. La gravedad de la acusación prevé años de cárcel y el Rengo yeta deberá aprender rápidamente sus códigos: jamás demostrar miedo, atacar antes de defenderse, ser macho. La enfermería en la que lo ubican es una extraña isla adonde llega atenuada la agonía de los pabellones. Pero cuando arriben un par de adolescentes de clase alta, la desigualdad y la injusticia le provocarán tal shock que amenazará con su desintegración emocional. Si en El niño resentido César González desplegaba la impetuosa fortaleza de una infancia en la villa, en su segunda novela autobiográfica retoma la narración para sumergirnos en el hueco que separa la calle del encierro. La vida de la muerte.

 

«Este es un libro que cuenta el fin de la infancia villera sobre la acribillada carne de su protagonista. A veces no sé cómo César ha sobrevivido a tantas violencias —empezando por la estatal—, pero sé que lo hizo para alzar su voz, cual ave fénix tumbera, y traernos este relato descarnado de lo que nunca debe volver a repetirse. Y sí, la educación artística salva y empodera también esas vidas que muchos todavía considerarían despreciables».
Dolores Reyes