Con este libro; Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo; la intención primera era la de escribir un reportaje sobre un hombre; Luis Alejandro Velasco; que estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era García Márquez escuchó el relato de los hechos de boca de su protagonista; y lo transformó; tal vez sin pretenderlo; en un prodigioso ejercicio literario; una narración escueta y vigorosa donde late el pulso de un gran escritor. La publicación por entregas del reportaje en «El Espectador» de Bogotá supuso un alboroto político considerable -se revelaba la existencia de contrabando ilegal en un buque de la Armada colombiana; lo que costó la vida de siete marineros y el naufragio; más afortunado; de Velasco- y el exilio para su autor; que se vio abocado a una nueva vida. «El 22 de febrero se nos anunció que regresaríamos a Colombia. Teníamos ocho meses de estar en Mobile; Alabama; Estados Unidos; donde el A.R.C. Caldas fue sometido a reparaciones electrónicas y de sus armamentos. Mientras reparaban el buque; los miembros de la tripulación recibíamos una instrucción especial. En los días de franquicia hacíamos lo que hacen todos los marineros en tierra: íbamos al cine con la novia y nos reuníamos después en Joe Palooka; una taberna del puerto; donde tomábamos whisky y armábamos una bronca de vez en cuando».

Relato de un náufrago - Gabriel García Márquez

$15.699
Relato de un náufrago - Gabriel García Márquez $15.699

Con este libro; Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo; la intención primera era la de escribir un reportaje sobre un hombre; Luis Alejandro Velasco; que estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era García Márquez escuchó el relato de los hechos de boca de su protagonista; y lo transformó; tal vez sin pretenderlo; en un prodigioso ejercicio literario; una narración escueta y vigorosa donde late el pulso de un gran escritor. La publicación por entregas del reportaje en «El Espectador» de Bogotá supuso un alboroto político considerable -se revelaba la existencia de contrabando ilegal en un buque de la Armada colombiana; lo que costó la vida de siete marineros y el naufragio; más afortunado; de Velasco- y el exilio para su autor; que se vio abocado a una nueva vida. «El 22 de febrero se nos anunció que regresaríamos a Colombia. Teníamos ocho meses de estar en Mobile; Alabama; Estados Unidos; donde el A.R.C. Caldas fue sometido a reparaciones electrónicas y de sus armamentos. Mientras reparaban el buque; los miembros de la tripulación recibíamos una instrucción especial. En los días de franquicia hacíamos lo que hacen todos los marineros en tierra: íbamos al cine con la novia y nos reuníamos después en Joe Palooka; una taberna del puerto; donde tomábamos whisky y armábamos una bronca de vez en cuando».