Pronto el encanto de estos poemarios que ven la luz en un mismo volumen; versos de ojos abiertos mirando a veces las mismas cosas desde diversos asombros

La poesía de Alfredo Miguel Ángel Vidal es cosecha del apartamiento y la serenidad de colonia san Bonifacio. El escritor de este libro prosigue la senda monástica medieval, busca nombrar a Aquel que lo nombró primero, intuyendo que ese nombrar es mantenerse en presencia de lo nombrado: un afinar el tono en canto devocional.

En una nueva entrega, Emanuel Frey Chinelli nos propone un recorrido por imágenes, poemas visuales y sonoridades musicales en los recovecos de la palabra. Estamos frente a un libro que es invitación a los sentidos: poemas que ascienden y descienden, que nos llevan de un extremo al otro del blanco de la hoja para aterrizar grácilmente sobre su final; versos que se expanden y se contraen; consonantes y asonantes emergen de lo impensado haciendo de la expresión en su conjunto, no una tarea grave y fatigosa, sino dotándola del desenfado lúdico propio de un paseo.
 

Pronto encanto - Alfredo Miguel Ángel Vidal, Emanuel Frey Chinelli

$8.000
Pronto encanto - Alfredo Miguel Ángel Vidal, Emanuel Frey Chinelli $8.000

Pronto el encanto de estos poemarios que ven la luz en un mismo volumen; versos de ojos abiertos mirando a veces las mismas cosas desde diversos asombros

La poesía de Alfredo Miguel Ángel Vidal es cosecha del apartamiento y la serenidad de colonia san Bonifacio. El escritor de este libro prosigue la senda monástica medieval, busca nombrar a Aquel que lo nombró primero, intuyendo que ese nombrar es mantenerse en presencia de lo nombrado: un afinar el tono en canto devocional.

En una nueva entrega, Emanuel Frey Chinelli nos propone un recorrido por imágenes, poemas visuales y sonoridades musicales en los recovecos de la palabra. Estamos frente a un libro que es invitación a los sentidos: poemas que ascienden y descienden, que nos llevan de un extremo al otro del blanco de la hoja para aterrizar grácilmente sobre su final; versos que se expanden y se contraen; consonantes y asonantes emergen de lo impensado haciendo de la expresión en su conjunto, no una tarea grave y fatigosa, sino dotándola del desenfado lúdico propio de un paseo.