Terezín, la ciudad natal del protagonista de Por el país del frío, sirvió durante la Segunda Guerra Mundial como campo de concentración de judíos del Este; desde allí, la Gestapo los enviaba a los campos de exterminio. Las autoridades locales checas han decidido enterrar este recuerdo del terror, destruyendo la ciudad y manteniendo un monumento conmemorativo. Pero el protagonista de esta novela, que pertenece a la última generación de habitantes de Terezín, ha convivido desde niño con esos restos del horror nazi: viejos barracones repletos de catres, objetos de los asesinados, notas manuscritas de los enviados a los campos de exterminio. Para él, borrar del mapa Terezín es también eliminar su infancia, su vida. 

Con la ayuda del tío Lebo, un testigo directo de aquellos tiempos, decide luchar por conservar la ciudad tal y como está, aunque para ello tengan que recurrir a métodos de financiación no del todo ortodoxos. Y durante un tiempo tienen éxito: una muchedumbre de curiosos, la mayoría parientes de las víctimas que pasaron sus últimos días hacinadas en la ciudad, peregrinan hasta Terezín buscando respuestas. Y Lebo está dispuesto a dárselas.

En un brillante ejercicio de reflexión sobre la historia europea del siglo XX, Por el país del frío narra las aventuras de un personaje convertido, por accidente, en un experto en museos del horror que inicia un viaje como guardián de la memoria del Este. Para ello, Topol se sirve de un tono caústico, con el que cuestiona la gestión, cínica e irresponsable, del pasado.

«Con una prosa fresca e insolente, Topol muestra una enorme madurez narrativa» (Rafael Narbona, El Cultural).

Por el país del frío - Jachym Topol

$15.790
Por el país del frío - Jachym Topol $15.790

Terezín, la ciudad natal del protagonista de Por el país del frío, sirvió durante la Segunda Guerra Mundial como campo de concentración de judíos del Este; desde allí, la Gestapo los enviaba a los campos de exterminio. Las autoridades locales checas han decidido enterrar este recuerdo del terror, destruyendo la ciudad y manteniendo un monumento conmemorativo. Pero el protagonista de esta novela, que pertenece a la última generación de habitantes de Terezín, ha convivido desde niño con esos restos del horror nazi: viejos barracones repletos de catres, objetos de los asesinados, notas manuscritas de los enviados a los campos de exterminio. Para él, borrar del mapa Terezín es también eliminar su infancia, su vida. 

Con la ayuda del tío Lebo, un testigo directo de aquellos tiempos, decide luchar por conservar la ciudad tal y como está, aunque para ello tengan que recurrir a métodos de financiación no del todo ortodoxos. Y durante un tiempo tienen éxito: una muchedumbre de curiosos, la mayoría parientes de las víctimas que pasaron sus últimos días hacinadas en la ciudad, peregrinan hasta Terezín buscando respuestas. Y Lebo está dispuesto a dárselas.

En un brillante ejercicio de reflexión sobre la historia europea del siglo XX, Por el país del frío narra las aventuras de un personaje convertido, por accidente, en un experto en museos del horror que inicia un viaje como guardián de la memoria del Este. Para ello, Topol se sirve de un tono caústico, con el que cuestiona la gestión, cínica e irresponsable, del pasado.

«Con una prosa fresca e insolente, Topol muestra una enorme madurez narrativa» (Rafael Narbona, El Cultural).