«Alicia Genovese hace dialogar al ensayo y al diario de escritura en tanto espejos de un mismo tránsito: la confianza en el desplazamiento y en el abandono de lo conocido. Si existe un anhelo, debería existir una aparición, nos dicen los textos que conforman la primera parte de este libro. La errancia como un salirse de sí fraguado en el anhelo para encontrarse con lo que emerge: la poesía se vincularía, así, con una disponibilidad y con un hallazgo esperado. 

Si quien escribe es una errante que se configura, cada vez, en relación al lenguaje y a la percepción, la reflexión en estos ensayos se articula alrededor de procedimientos singulares, en infinitivo móvil, que sostienen la búsqueda del poema: habitar, improvisar, ejercitar, respirar. Cada poeta, entonces, armaría su propia cartografía y aquí Genovese sobrevuela otros derroteros: el de Olga Orozco, el de Héctor Viel Temperley, el de Ricardo Zelarayán, entre otros.

“Conozco la partitura de la búsqueda, del ir hacia adelante, de saltar el obstáculo, las fronteras. No veo otra cosa fuera de la persistencia”, escribe Genovese en una entrada del “Diario de errancia”. Ricardo Piglia plantea que Kafka escribe un diario para volver a leer las conexiones que no ha visto. La escritura diarística es un método para descifrar su propia experiencia. En el caso de Genovese, el diario nos muestra la praxis de su escritura y un modo propio de habitar el mundo en el que la poesía no aparecería en la errancia ni el hallazgo, sino en la misma interrupción que provoca el encuentro.»

Gloria Peirano

Poesía y errancia - Alicia Genovese

$27.000
Poesía y errancia - Alicia Genovese $27.000

«Alicia Genovese hace dialogar al ensayo y al diario de escritura en tanto espejos de un mismo tránsito: la confianza en el desplazamiento y en el abandono de lo conocido. Si existe un anhelo, debería existir una aparición, nos dicen los textos que conforman la primera parte de este libro. La errancia como un salirse de sí fraguado en el anhelo para encontrarse con lo que emerge: la poesía se vincularía, así, con una disponibilidad y con un hallazgo esperado. 

Si quien escribe es una errante que se configura, cada vez, en relación al lenguaje y a la percepción, la reflexión en estos ensayos se articula alrededor de procedimientos singulares, en infinitivo móvil, que sostienen la búsqueda del poema: habitar, improvisar, ejercitar, respirar. Cada poeta, entonces, armaría su propia cartografía y aquí Genovese sobrevuela otros derroteros: el de Olga Orozco, el de Héctor Viel Temperley, el de Ricardo Zelarayán, entre otros.

“Conozco la partitura de la búsqueda, del ir hacia adelante, de saltar el obstáculo, las fronteras. No veo otra cosa fuera de la persistencia”, escribe Genovese en una entrada del “Diario de errancia”. Ricardo Piglia plantea que Kafka escribe un diario para volver a leer las conexiones que no ha visto. La escritura diarística es un método para descifrar su propia experiencia. En el caso de Genovese, el diario nos muestra la praxis de su escritura y un modo propio de habitar el mundo en el que la poesía no aparecería en la errancia ni el hallazgo, sino en la misma interrupción que provoca el encuentro.»

Gloria Peirano