Cuando el jurado de un concurso literario s olvida que está leyendo un libro por obligación, cuando se olvida que está tratando con hojas salidas de una impresora casera, en una maldita carpeta anillada, cuando se olvida de que tiene que apurarse para seguir con los demás libros, cuando se olvida del intuido que lo rodea y todo lo demás y lee. lee. lee, olvidado y feliz...es que ha dado con un gran libro.

Así descubrí Poesía estupefaciente. Un gran libro de cuentos de un excelente escritor. Droga, violencia, conurbano, sexo y rockanroll en dosis arrolladoras se combinan en estos cuentos excepcionales. Con una potencia salvaje, Germán Maggiori nos sumerge en un mundo cruel, sin piedad y sin códigos, del que sin embargo no queremos salir.

Quizás porque Maggiori escribe, al mismo tiempo, con la sensibilidad de un nervio al desnudo y con el desencanto de un verdadero cínico, es decir, de alguien que ha colocado sus ideales por encima de las posibilidades de esta pobre humanidad. Quizás porque escribe lleno de dolor y la furia. Pero sobre todo porque escribe muy bien. I.os cuentos de Poesía Estupefaciente retinen una alta calidad literaria al servicio de buenas historias, contadas desde una mirada intensamente original.

Ana María Shua